La polarización creciente lleva a extremar las estrategias electorales. Por eso, en el comando de campaña de Juntos para el Cambio ahora empezaron a apelar a una especie de “voto bisagra”. El objetivo es darle una épica a las elecciones que ayude a tapar todas las limitaciones que impone la crisis económica para desarrollar una campaña propositiva. El miércoles en Parque Norte, el viernes en Córdoba y ayer en La Plata, los principales dirigentes del oficialismo repitieron al unísono dos conceptos: “Esta será una elección bisagra” y “es la elección más importante desde el retorno de la democracia”.
Ayer, en el evento donde María Eugenia Vidal lanzó formalmente la campaña con los candidatos bonaerenses, tanto Marcos Peña como Federico Salvai, en charlas cerradas a la prensa, pusieron de manifiesto este concepto con los dirigentes del espacio. “Se definen los próximos veinte años del país. Sería un retroceso enorme volver al populismo”, planteó Peña. Salvai, jefe de Gabinete de Vidal, explicó la estrategia de la campaña y fue determinante: “Estamos ante una elección polarizada y se va a seguir polarizando cada vez más”.
Esa lectura incluso coincide con la que tienen algunos en el kirchnerismo. La consultora Analogías, que hace encuestas que llegan al Instituto Patria, cerró esta semana nuevos trabajos que ratifican un escenario incluso más polarizado del que tenían apenas una semana atrás. Las dos fuerzas principales ya estarían superando los 80 puntos sumados. Coincide con lo que afirmaba Jaime Duran Barba entre semana, en Parque Norte: “No es imposible que en la primera vuelta se resuelva la elección”.
Esta situación obligó al equipo de campaña del macrismo a volver a ajustar sus pronósticos. Hasta ahora, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, apostaban a reconquistar a los “desencantados”, es decir, a aquellos que ya los votaron en 2015 y 2017 y ahora no los quieren votar. Pero eso solo hoy ya no sería suficiente. “Vamos a tener que ir a buscar a la gente que no nos votó”, reconoció ayer Salvai en el encuentro. El lugar donde pescar votos es cada vez más acotado: ahora se apunta también a los que solo votaron a Cambiemos en el ballottage 2015.
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Autocrítica. El voto bisagra esconde, en el fondo, la autocrítica de no haber podido cumplir con las expectativas generadas en materia económica. La elección de 2015, caso contrario, debería haber sido la verdadera bisagra. La crisis generada por la devaluación del año pasado es la que puso en duda la potencialidad electoral de Cambiemos, que hasta el propio kirchnerismo reconocía hasta ese momento.
En este sentido, la idea de una elección con épica, de una trascendencia tal para transformarse en una “bisagra” es la traducción que el equipo de campaña le encontró a un concepto que desde la Casa Rosada vienen planteando desde el año pasado: “Vamos a apelar a la idea de que el esfuerzo realizado debe valer la pena”, planteaba un encumbrado funcionario. Dicho de otro modo: que vuelva el kirchnerismo, para los macristas, significaría que el ajuste fue en vano.
Los actos de esta semana tienen la lógica de transmitir a todos los candidatos el mensaje que Peña y Duran Barba definieron con sus equipos. Por eso no sorprendió que en los tres eventos (Parque Norte, Córdoba y La Plata) se haga tanto hincapié en la importancia de la elección.
“Se define el futuro de nuestros hijos”, llegó a plantear Vidal. “Se debate entre una propuesta democrática, de debate de ideas o la vuelta a actitudes de perfil autoritario”, había dicho Pichetto el miércoles. El candidato a vice expresa, a su vez, una suerte de bisagra puertas adentro del oficialismo. Para ganar, Cambiemos también tuvo que cambiar y dar muestras de mayor pluralidad.
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PASO claves. La necesidad oficialista de imponerles una impronta especial a las elecciones obedece a otro estudio que tienen realizado. Los antecedentes muestran que en las últimas PASO el nivel de participación fue más bajo en distritos donde mejor le fue a Cambiemos. Hablan de un votante “más vago”. “A mayor participación, mejor nos va”, dijo Salvai, apoyado en gráficos proyectados en pantalla gigante. Por eso, la épica también tiene que ver con movilizar a esos votantes en el primer turno electoral.
“No lean encuestas”, cerró Salvai, “todas las que se publican tienen errores de metodología”. Dejó abierta la duda: ¿lo dijo para que los dirigentes no se confíen y se relajen ante sondeos que muestran que están mejor o porque en realidad no cree que efectivamente estén mejor? “Trabajen con humildad y con épica”, concluyó.
“Estamos poniendo de pie al país”
El clima que se percibe en las filas de Cambiemos cambió en las últimas semanas. Cuando encienden la maquinaria electoral se sienten cómodos. Y ayer quien lo expresó de mejor manera fue Mauricio Macri. María Eugenia Vidal destacaba la obra de entubamiento del arroyo El Gato, en La Plata, y el Presidente levantó los brazos y se empezó a señalar. No es la primera vez que se ríe de su apodo y esa obra.
Vidal hablando de obras es algo que se va a repetir en toda la campaña. El ministro de Asuntos Públicos, Federico Suárez, fue el encargado de transmitir a los dirigentes bonaerenses el discurso de campaña. Apunta a remarcar que asumieron con una provincia “abandonada” que “ahora se puso de pie y avanza”. Fue uno de los textuales que después la gobernadora dijo ante el auditorio de más de 300 dirigentes y candidatos. “Somos un equipo que tiene coherencia, que dice la verdad y que está poniendo de pie al país”, agregó Suárez.
El ministro de Educación, Gabriel Sánchez Zinny, explicó cómo será el trabajo de segmentación en el territorio, con tres reuniones diarias de ministros y subsecretarios.