Así como el 40% que obtuvo en las últimas elecciones le sirvió a Mauricio Macri para convencerse de seguir involucrado en la vida política liderando la oposición, la crisis regional le ratificó la idea de apuntar también a buscar ser un referente en el plano internacional. El liderazgo del eje liberal y antipopulista de Latinoamérica que mantuvo en estos últimos cuatro años parece quedar vacante, y hay un espacio ahí que en el macrismo creen que puede seguir ocupando.
El esquema de trabajo de Macri en el llano todavía está en etapa de definición. Tendrá oficina lejos del centro porteño y prevé concentrarse en ser una “oposición responsable”, pero sobre todo en lograr mantener la unidad de la alianza para volver a ser una alternativa en el futuro. ¿Su propia candidatura? No está en el radar aún, dicen, sino que será algo que deberá definirse recién en 2021 primero (elecciones legislativas) y 2023 después (presidenciales).
En el plano internacional no hay un esquema definido, pero cerca de él aseguran que la expectativa es ser invitado como orador a charlas, encuentros o conferencias a lo largo del mundo. “En estos años cultivó muy buenas relaciones con líderes de gran parte del mundo y generó buen impacto en diferentes ambientes”, se ufanan en Casa Rosada. Enumeran desde los arranques en el Foro de Davos a poco de asumir, pasando por la organización del G20 en 2018, más el acuerdo Mercosur-Unión Europea o la larga lista de reuniones bilaterales que mantuvo. Todo eso, aseguran, es una siembra que Macri podría cosechar ahora. Y sostiene que no se va a ver afectada por la derrota electoral, ya que “el mundo” destacaba el rumbo de Macri como “el correcto”. Durante los cuatro años de gestión, fue una historia repetida que Macri se sintiera más cómodo y apoyado en sus giras por el exterior que en el país.
De esta manera, Macri buscaría ser un referente en materia de combate contra los populismos, que tantas discusiones generan en la región. A diferencia del progresismo, que tiene al Grupo de Puebla, los sectores más liberales de Latinoamérica no tienen un escenario que agrupe a todos. Por eso las relaciones se van a mantener sobre todo en el plano bilateral. El esquema tradicional de los ex mandatarios es viajar a un país para una charla organizada por una fundación “amiga” y aprovechar la visita para tener un encuentro informal con el mandatario local.
Fuentes que pudieron intercambiar ideas con Macri en las últimas semanas y que lo conocen desde hace tiempo aseguran que imaginan un 2020 con el presidente saliente teniendo una agenda tranquila. Alternando viajes al interior, para contener a la tropa propia, y con salidas al exterior, pero sobre todo pasando el tiempo en sus nuevas oficinas para seguir de cerca los pasos que dé Alberto Fernández.
A la búsqueda de nueva casa y oficina
Mauricio Macri está a la búsqueda de nuevos techos. No solo necesita una nueva oficina, como se difundió esta semana, sino también un nuevo hogar. Es que en el transcurso de 2019, el Presidente vendió el departamento que tenía sobre Avenida del Libertador, en Barrio Parque, que durante los últimos cuatro años fue ocupado por el jefe de los espías, su amigo Gustavo Arribas.
Así, la familia Macri, que hoy reside en la Quinta de Olivos, tiene que buscar dónde vivir, ya que no cuenta la quinta de Los Abrojos como una opción. Según averiguó PERFIL, el mandatario pidió que sea por zona norte, ya sea en territorio porteño como en Vicente López.
Allí cerca también pretende montar sus oficinas. Se está evaluando si termina siendo una fundación, algo que muchos ven muy frío todavía. Pero lo que es seguro es que busca alejarse del centro porteño, con sus manifestaciones, protestas, cortes y caos de tránsito. Desde ese lugar monitoreará lo que haga Alberto Fernández, hablará sobre todo para defender su gestión, y trabajará para mantener la unidad de Juntos por el Cambio.