Sin embargo, en la intimidad critican con dureza a la canciller Susana Malcorra por la “premura” en abordar un tema tan sensible semanas antes de que se definan sus posibilidades de quedar al frente de la Secretaría General de las Naciones Unidas.
La presencia de Malcorra en el edificio de Esmeralda 1212 es casi nula. Proactiva en su trabajo –“workaholic”, según la definen en su entorno–, la ministra de Relaciones Exteriores y Culto concentra buena parte de sus energías en levantar ladrillo por ladrillo su candidatura para suceder a Ban Ki-moon en la cúpula de la ONU. Su vacío es ocupado por el vicecanciller, Carlos Foradori, figura muy poco estimada por Elisa Carrió y señalado en el ministerio como el gestor del acuerdo con los británicos.
Cuestionada. Publicada por Cancillería el 13 de septiembre, la declaración bilateral sembró críticas entre los aliados al PRO que apoyan a Macri. Uno de los puntos más cuestionados es el que autoriza la explotación marítima en la zona litigada por la Argentina: “¿No dejamos que los brasileños reciban en sus puertos barcos con banderas de Malvinas y después firmamos esto?”, planteó a PERFIL un legislador nacional.
Con mesura, referentes como el radical Mario Negri o el massista Alejandro Grandinetti plantearon públicamente sus reservas.
Una diputada que acompañó al PRO en algunas decisiones aseguró: “No se entiende por qué el Gobierno se quiso comprar este pleito. Se podría haber generado consenso en el Congreso y presentado el año próximo”.
Las críticas ya tomaron curso de acción: para el 5 de octubre, la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado citó a Malcorra a comparecer para que explique los diez puntos del acuerdo. Al desconcierto entre varios legisladores se sumaron otras voces.
Fuentes allegadas a la Cancillería consultadas por PERFIL esgrimieron que Malcorra quiere evitar un posible veto del Reino Unido en su carrera al sillón de la Secretaría General de la ONU.
Por lo pronto, la canciller no regresó al país y permaneció en Estados Unidos, ya que mañana habrá una nueva votación en Nueva York; la siguiente ronda será el 5 de octubre. Ese día está citada en el Senado, y ya anunció que estará en Buenos Aires para asistir.