El 19 de junio, el Comité Internacional de la Cruz Roja iniciará las tareas de exhumación e identificación de gran parte de los 123 soldados argentinos caídos en la Guerra de Malvinas. Un equipo de forenses, integrado por los argentinos Luis Fondebrider y Mercedes Salado, y por profesionales británicos y españoles, instalará un laboratorio en el Cementerio de Darwin, donde revisarán entre una y tres tumbas por día. Tras tomar muestras de ADN para cotejar con las de sus familiares y estudiar el banco de datos ante mortem -es decir, las características físicas de esas personas-, volverán a enterrar a los combatientes, en un proceso resguardado de miradas indiscretas mediante un perímetro de seguridad que imposibilitará el acceso de personal ajeno a la Cruz Roja.
El trabajo de los forenses concluirá a fines de agosto, momento en el que presentarán informes a cada una de las familias y también a los gobiernos de Argentina y el Reino Unido. En el análisis de las muestras recolectadas participará el laboratorio que tiene el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) en Córdoba, y las contrapruebas se harán en Leicester y San Sebastián.
“El proyecto consta de tres fases. Ahora estamos terminando la primera, vinculada a las cuestiones políticas y legales. La segunda fase incluirá la exhumación de los cuerpos de los soldados no identificados”, explicó a PERFIL Laurent Corbaz, jefe del Plan de Proyecto Humanitario (PPH) de la Cruz Roja. “Tendremos resultados y estaremos capacitados de dar una respuesta al mayor número posible de familias. No es probable que lleguemos al 100% de identificaciones, pero entregaremos informes a cada una de las familias”, agregó, al referirse a la última etapa.
Según el derecho internacional humanitario, es obligatorio identificar los restos de los combatientes caídos en un conflicto bélico. En este caso, ese proceso tardó 35 años, tras disputas entre los gobiernos de Argentina y Reino Unido e incluso la reticencia de algunos de los familiares de las víctimas. Según datos oficiales, 95 familias de las 123 ya dieron su consentimiento y se realizaron extracciones de sangre, que están almacenadas en Córdoba. Otros, en cambio, aún se oponen, ante el temor que trasladen los restos al continente. “Eso no forma parte de nuestro mandato”, aclaró Corbaz, que agregó que serán nuevamente inhumados.
La misión implicará un desembolso de 1,5 millones de dólares, financiados por Argentina y el Reino Unido. “Hemos contactado al gobierno local en las islas y a los privados para que entiendan el objetivo de la misión. Soy positivo con respecto a eso”, explicó el jefe del PPH.
Si la misión es finalmente exitosa, habrá en Darwin menos tumbas con la leyenda “Soldado argentino sólo conocido por Dios”.