El jefe de Gabinete de ministros de la Nación, Marcos Peña, se refirió este domingo en una entrevista con PERFIL al rumbo de la economía tras la corrida cambiaria reciente.
—¿En qué lugar considera está hoy la economía?
—Ahora estamos saliendo de una tormenta que nos pegó fuerte. Una combinación de factores externos, en su mayoría, y también factores internos. En un contexto después de varios trimestres de crecimiento y recuperación que veníamos mostrando, lo que nos va a llevar a una economía un poco más fría, un poco más recesiva, pero que en su estructura fundamental tiene los elementos sólidos para un camino de crecimiento y desarrollo.
—¿En qué punto podrían decir “la crisis cambiaria terminó”?
—Pensando en un contexto más amplio, la Argentina es un país vulnerable a distintos cambios que pueden ocurrir en el mundo. Esas razones por las que somos vulnerables las estamos trabajando para reducirlas. Mientras tengamos déficit fiscal vamos a ser vulnerables a la necesidad de financiamiento externo. Mientras tengamos una matriz energética que importe petróleo y gas, vamos a ser vulnerables. Mientras dependamos mucho de ciertos productos, como la cosecha de la soja, vamos a tener más vulnerabilidad. En los tres frentes estamos trabajando para ser cada vez más sólidos y de esta crisis salimos más fortalecidos: tenemos un tipo de cambio más competitivo, un acuerdo con el Fondo que nos da un paraguas financiero muy importante y la posibilidad de ir achicando el déficit fiscal de una manera más veloz. Pero hay que entender que en el contexto global es imposible definir que nunca va a haber volatilidades. Hay decisiones que no tomamos.
—¿Estos meses fueron los más difíciles del Gobierno?
—Los más difíciles fueron los primeros meses. Tomar un país quebrado, sin reservas, sin crédito, en minoría parlamentaria y con un kirchnerismo muy hostil y agresivo que no quería ni reconocer el triunfo electoral. Los primeros seis meses fueron muy desafiantes, de hecho generaron un desafío para evitar esa crisis y el 2016 terminó siendo un año malo en lo económico.