La diputada nacional por la Provincia de Buenos Aires por la alianza Juntos, Margarita Stolbizer, dialogó con Jorge Fontevecchia para Radio Perfil acerca de por qué fracasan las coaliciones y cuál es su visión respecto a las elecciones presidenciales de 2023.
F: Margarita, vos quizás seas la persona que más credenciales tiene para ayudarnos a pensar e imaginar cómo podría ser la resolución del conflicto dentro de la coalición gobernante, a partir de Sergio Massa, con quien vos tuviste una cercanía electoral y él parece como una especie de puente entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Al mismo tiempo, Massa representaba la línea de la tercera vía, en la que tuvo una alianza con vos, el planteo eventualmente con Scharetti, con Lavagna, que no germinó pero bueno. Vos crees que él puede ser el factor de unión en esta discusión y casi ruptura entre el kirchnerismo y el albertismo o el peronismo tradicional.
No sé, salvo que me apoyara un poco en aptitudes o condiciones propias de Massa que seguramente las tiene como para ser el articulador de ese vínculo, yo lamentablemente creo que es un vínculo que está demasiado roto. Esto lo miro con mucha preocupación, la pérdida del poder real del kirchnerismo dentro del Frente de Todos, pero el debilitamiento muy grande del presidente, de la figura presidencial y del gobierno. Hay que pensar que el impacto de estas divisiones, de estos debilitamientos, los terminamos pagando todos. Es un gobierno cada vez menos creíble y que tiene menos posibilidades de manejar indicadores de la economía y tantas otras cuestiones que dependen de la credibilidad del gobierno.
Las capacidades que Massa podría aportar para hacerlo están muy limitadas en los espacios políticos que ayer se han estado mandando cartas públicamente. A mí hay cosas que me resultan inconcebibles, yo creo que el debilitamiento de la figura presidencial se ha debido, más allá de las tonterías que el propio presidente aporta cada vez que se sale del libreto, el fuego amigo empezó con la carta de Cristina posterior a la elección. Esta decisión estratégica de sacarle el cuerpo a la gestión de gobierno no tiene que ver con cuestiones ideológicas sino más bien de conveniencias electorales. Es una tarea muy difícil en un marco en el que ya están decididos a pelearse fuertemente para no pagar costos.
Sergio Massa: “Que la construcción de la coalición tenga verticalidad y no transversalidad”
F: El candidato de 2023, si se mantuviera unido el Frente de Todos, tendría que ser ni Alberto Fernández ni Cristina Kirchner para que continuara existiendo. ¿Ves alguna alternativa, alguna persona como Sergio Massa que estableció un vínculo sorprendente con Máximo Kirchner y al mismo tiempo puede ser una persona que pueda representar al peronismo no kirchnerista, que pueda ser una pieza de unión? ¿O crees que tendría que ser un gobernador peronista que pudiera lograr ni ser albertista ni ser kirchnerista? ¿O tu análisis es que no van a ir juntos a las elecciones de 2023?
Si fuera por las condiciones, las aptitudes de Massa, pienso que las tiene, me da la impresión que no resisten los contextos, los demás actores, porque para lograr construir de esa manera hace falta una potencia basada en la confiabilidad que la persona genere para todos los actores. Yo no sé si Massa tiene eso como característica, no sé si encuentro a alguien que pueda venir, gozar de ese halo de confianza que los demás le podrían delegar. Es un gobierno que está realmente muy mal entonces reacomodar toda esa fuerza con la diversidad que esto tiene, con la explicitación que viene teniendo su fractura, lo veo bastante complejo.
F: Saliendo de Massa y yendo más a la estructura metafísica que tienen las coaliciones, uno podría decir bueno, es inevitable en toda transición, ya sucedió con Kirchner y Duhalde, ya sucedió con Duhalde y Menem, ya sucedió con Alfonsín-De la Rúa, inevitablemente el predecesor y el continuador tienen un conflicto en el cual el discípulo necesita independizarse del maestro o, en términos freudeanos, necesita matar al padre para poder tener su poder. Quizás podríamos ver eso en el futuro entre Rodríguez Larreta y Macri, si es que llegara al gobierno Juntos por el Cambio. ¿Cómo comparás esto que sucede entre CFK y Alberto Fernández con lo de Alfonsín y De la Rúa?
Me parece que no hay comparaciones. De La Rúa no es una persona que fue colocada en el lugar por Raúl Alfonsín, te diría que al contrario. Yo fui bastante protagonista de esos tiempos donde el liderazgo de De La Rúa sale del enfrentamiento que él mismo tiene con Alfonsín, no llegó con ese padrinazgo que Alfonsín bien podría haber puesto. De la Rúa llega con un capital construido desde su propia trayectoria, eso es lo que le permite ganar y llegar.
El fracaso de las coaliciones a lo largo de la historia se debe a que se conforman solamente con un objetivo electoralista. La política se ha vuelto meramente electoralista entonces las cosas que dicen los dirigentes políticos tienen más que ver con una impronta mediática, con conseguir votos y realmente eso hace perder seriedad pero sobre todo le ha hecho perder a la Argentina la posibilidad de tener un proyecto de país porque las coaliciones desde hace muchos años se arman con ese sentido de ganar y no de gobernar bien, mejorarle la vida a las personas, nunca hay objetivos o compromisos o acuerdos programáticos sobre los que se va a hacer, sino simplemente juntar y ganar votos.
Me preocupa porque la Argentina no resiste más fracasos y cuando se habla de ampliar la coalición no es sumar dirigentes, es ampliar la base social de sustento electoral pero escuchando qué queremos hacer, cómo lo queremos hacer. La política ha ido perdiendo seriedad más allá de que cuanto más fuerte son las críticas que haces más son los votos que se consiguen pero eso no resuelve los problemas del país.
F: Es cierto lo que vos marcás, que De la Rúa no fue puesto por Alfonsín sino que luchó en una interna con Alfonsín pero podríamos decir que Duhalde no fue puesto por Menem y luchó contra Menem y podríamos decir lo inverso, que sí Kirchner fue puesto por Duhalde. Encontramos casos en los que el líder saliente de la coalición que va a ganar las elecciones elige al sucesor y otras en las que el sucesor pelea y gana al predecesor pero más tarde o más temprano, el poder, la sombra del predecesor, sea elector o sea vencido existe. Uno se plantea si no hay una inevitabilidad en este tema del conflicto en las coaliciones entre el antecesor, el predecesor y el continuador. Creo que hay un punto a partir del cual uno puede leer algún problema común de todas las coaliciones que es repetido con distintas situaciones pero en lìneas generales vemos que la lucha entre dos generaciones de liderazgo es uno de los problemas a resolver de las coaliciones.
Esto es así, también se podría agregar si efectivamente aquellos que no son capaces de dar la pelea contra su antecesor y ganar no termina siendo una de las cuestiones que condiciona sus propias posibilidades. ¿Tiene más posibilidades de resolver el conflicto el que definitivamente lo mata o el que vive sometido a ese paternalismo que no pudo superar? Lo que las sociedades esperan es que realmente el nuevo, el sucesor pueda superar al anterior. Esto no es otra cosa que lo que soñamos siempre en la cuestión del ascenso social o del sueño de que los hijos superen a los padres, eso de "matarlo" es demasiado duro pero superarlo y creer que el fracaso del que viene por detrás es del que no puede hacerlo, o no sabe o no quiere.