La principal novela política de Cambiemos de este verano llegó a su fin: luego varios idas y vueltas, María Eugenia Vidal, gobernadora de la provincia de Buenos Aires, anunció que no se desdoblarán las elecciones provinciales de las nacionales. Así, los comicios bonaerenses coincidirán con las presidenciales, como ocurre desde 2007.
La decisión ya se comunicó a Casa Rosada, que favorecía el mantenimiento del calendario electoral, en busca de que la performance electoral de la mandataria provincial, que irá por su segundo mandato, empuje el resultado de Mauricio Macri en un distrito en el que fue derrotado en 2015, a pesar de ganar la presidencia
Desde el vidalismo justificaron la decisión en que "no queremos que la gente vaya más veces a votar, porque no nos parece cambiar las reglas de juego a poco de la elección, y porque es más costoso". "La decisión se tomó pensando en los bonaerenses. Pensando en ellos y sin especulación electoral", comentaron voceros de la gobernadora a PERFIL.
La posibilidad de separar las elecciones provinciales de las nacionales fue fogoneada con fuerza por el entorno de la gobernadora desde diciembre pasado y el misterio alrededor la decisión final fue creciendo a medida que los actos compartidos entre la gobernadora y el presidente se sucedieron.
Sin embargo, Macri nunca se mostró convencido e incluso se habló de postergar la decisión hasta marzo. Desde Casa Rosada sostenían que la idea del presidente era intentar unificar las elecciones en todas las provincias oficialistas para apuntalar su reelección.
La decisión de Vidal fue una sorpresa ya que su definición se esperaba para después del 26 de febrero, fecha en que la comisión especial que analiza la reforma electoral bonaerense emitirá su dictamen sobre el tema. Ahora, con el mayor distrito del país alineado, Cambiemos apunta a la reelección de sus tres principales referentes en octibre: Macri, Vidal y el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta.
M.S./F.F.
