La planta de Quilmes de la ex papelera Massuh que está a cargo del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno cesó en su producción por orden del Gobierno, pero el personal se mantenía esta madrugada dentro de la empresa. Así lo manifestó en declaraciones a DyN el secretario general del Federación de Obreros y Empleados de la Industria del Papel, Cartón y Químicos, Blas Juan Alari quien se preocupó por descatar que "la planta no está tomada" por sus empleados, sino que
El gremialista consideró "lamentable" que el gobierno nacional haya adoptado la decisión de frenar la producción y aseguró que "el propio Moreno le solicitó al sindicato una lista de 100 personas para darlos de baja, bajo la modalidad de retiro voluntario". Pese a la polémica generada por la situación de la empresa, ni desde la Secretaría de Comercio Interior ni de otra dependencia oficial se informó nada respecto a la situación.
"Lamento que haya sido el Gobierno el que haya hecho esto. Es llamativo", afirmó el dirigente sindical quien insistió en la necesidad de que "continúe" el fideicomiso armado por Moreno para administrar la fábrica, luego del quiebre de la empresa privada que la operaba. La papelera entró en conflicto en enero del año pasado, con deudas que llegaban a los 250 millones de pesos, la mitad de las mismas con los bancos Nación y Provincia. Antes del pedido de quiebra de sus dueños anteriores, a sugerencia de Moreno, el Gobierno alquiló la planta por tres años, con la idea de mantener los 500 puestos de trabajo.
Moreno no sólo le cambió el nombre de Massuh a Papelera Quilmes y creó un fideicomiso con dinero de la ANSeS, sino que obligó a dependencias del Estado a comprarle papel. Igualmente, la empresa siguió dando déficit y cayó verticalmente en su porción de mercado.
Alari informó a esta agencia que el sindicato aguarda ahora para negociar con Moreno y que el objetivo es que se mantenga la producción de la fábrica bajo el actual esquema hasta el 10 diciembre para que "se busque un empresario nacional o extranjero que quiera comprarla". "La planta no está tomada por el personal. Nosotros les sugerimos que siguieran cumpliendo los turnos para evitar que les corten el gas y la electricidad", señaló Alari.
El motivo de la medida, señaló el sindicalista, es mantener encendida la caldera de la fábrica que, de apagarse, "demoraría un mes en su puesta en marcha nuevamente". Alari dijo que la planta actualmente cuenta con un plantel de 250 personas que revisten carácter de jerárquicos, contra 300 empleados de planta, a razón de casi un jefe por trabajador, lo cual en principio torna inviable la ecuación económica.
"¿Recién ahora se dan cuenta que tiene 250 jefes y que el papel que produce es de baja calidad y que perdieron 17 millones de pesos?", denunció Alari. El secretario del sindicato consideró que "si el Gobierno otorga subsidios para otro sectores, como el transporte, podría arrimar algo a la planta hasta diciembre".
Igualmente, Alari rechazó la idea planteada por el Ministerio de Trabajo de crear una cooperativa de trabajadores para que retomen la operación de la fábrica y denunció que "a pesar de haber sufrido una reducción salarial los sueldos todavía no pagaron".
Fuente: DYN