La mayoría de los argentinos no había escuchado nunca la voz de Máximo Kirchner. Algunos conocían su rol en las negociaciones fallidas con Ideas Del Sur por Fútbol Para Todos. Otros habrán leído las declaraciones sobre su madre, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en la biografía de Sandra Russo. Y una de las pocas veces que habló en cámara fue para Néstor, la película sobre la vida del expresidente.
Sólo por eso, por inédito, era importante el discurso del hijo presidencial el sábado 13 de septiembre en el estadio de Argentinos Juniors, en el acto "Irreversible" de La Cámpora. Pero él fue más allá: ante unos 40.000 militantes y las cámaras de todo el país, desafió a la oposición a competir con la presidenta en las elecciones.
"Si Cristina está tan mal o es tan mala o no sirve, por qué, si están tan interesados en terminar con esta experiencia política, si quieren acabar con el kichnerismo, terminar, peronismo, pónganle el nombre que más le gusta a cada uno, por qué no dejan y compiten con Cristina, le ganan a Cristina y sanseacabó, y nosotros volveremos a la calle a hacer lo que tenemos que hacer y a reconstruir la fuerza política para volver a gobernar la Argentina en los próximos años", planteó el heredero de Néstor y Cristina Kirchner.
El discurso reinstaló el debate sobre la posible re-reelección de la jefa de Estado. Una discusión que parecía haber quedado superado cuando el Frente Para la Victoria perdió las elecciones legislativas de 2013 en la provincia de Buenos Aires. De inmediato, los dirigentes del oficialismo salieron a intentar interpretarlo.
Axel Kicillof consideró que el discurso de Máximo fue "políticamente esclarecedor" y logró "catalizar el sentimiento" de los militantes. "Más allá de la persona, él dejó en claro que hay un proyecto, hay un movimiento", expresó el Ministro de Economía.
Julián Domínguez, uno de los que aspira a ser precandidato del FPV en 2015, destacó que un dirigente que tenga "el nivel de apoyo que tiene nuestra presidenta" será "el arquitecto del futuro". El presidente de la Cámara de Diputados negó que Máximo hablara de la re-reelección sino que advirtió que "el liderazgo más importante lo tiene la presidenta". Y anticipó que la jefa de Estado será "la gran electoral para las presidenciales del 2015".
Aníbal Fernández se limitó a repetir el pedido de Máximo: "Y si hablan tan mal de Cristina porqué no la dejan competir. Modifiquemos la Constitución, el artículo 30 dice que se puede modificar", planteó.
Pero el discurso más esclarecedor fue el de Andrés "Cuervo" Larroque. "Qué legitimidad puede tener un próximo gobierno que no compita con quien concita la mayor adhesión de nuestro pueblo", preguntó el secretario general de La Cámpora.
"Legitimidad" es ahí la palabra clave. La arenga de Máximo no pretende una candidatura de su madre, que, a juzgar por las encuestas actuales, no entraría en segunda vuelta. La intención es plantear la idea de que el próximo gobierno, sea quien sea, no será legítimo porque no le ganó a Cristina. Así, se buscará una épica de que el kirchnerismo volverá "a la calle", como el peronismo en los 18 años de proscripción.
"La única manera de ganarle al kirchnerismo es ganarle a Cristina", argumentó, en la misma línea, Mariano Recalde. "Si no, es como ganarle a la selección argentina sin Messi: no le ganaste a la selección", remató en diálogo con Radio La Red. El presidente de Aerolíneas Argentinas fue uno de los que explicó que Máximo no pretende instalar la reforma constitucional: "Claramente no era su intención plantear la re-reelección y como sabía que se podía confundir eso, anticipó que su madre no estaba de acuerdo con plantearlo de esa manera", afirmó.
"Él no lo ha planteado. Eso es tergiversar sus palabras. Él ha hecho un pronunciamiento político y yo lo interpreto de esa manera y eso tiene que ser motivador para quienes tenemos responsabilidad", coincidió Daniel Scioli en diálogo con Vorterix. El gobernador bonaerense dijo que "de ninguna manera" el oficialismo rechaza su candidatura. Por las dudas, no estuvo el sábado en Argentinos Juniors, porque viajó a Alemania para acompañar a empresarios provinciales en una feria autopartista de Frankfurt.
