Bendiciones. El papa Francisco sabe emular al Espíritu Santo cuando se trata de política. No se lo puede ver, pero está en todos lados. Sus últimos gestos hacia el país fueron esta semana. Uno se anunció por vía oficial: recibirá al presidente Mauricio Macri en febrero. El otro: un mensaje subterráneo al Poder Judicial y una invitación al Vaticano para una comisión de jueces y fiscales con el objetivo de promover la lucha contra el narcotráfico, la trata de personas y el crimen organizado.
El mensajero del Papa fue el legislador porteño Gustavo Vera –enfrentado al macrismo en la Ciudad–, fundador de la ONG La Alameda y amigo de Jorge Bergoglio. Vera estuvo en el Vaticano y se trajo consigo varias bendiciones papales para jueces y fiscales, que tienen una característica: están firmadas de puño y letra por Francisco. Los jueces y fiscales que el Papa eligió para su mensaje tienen buena relación con La Alameda, que impulsa varias causas en los tribunales. Cada destinatario parece esconder un significado en sí mismo. Y también una señal al Poder Ejecutivo: la Justicia tiene su propio viaducto papal.
Vera tiene encomendado reunirse esta semana con el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, para consensuar una comisión de jueces y fiscales que viaje al Vaticano el 3 y el 4 de junio para un congreso sobre justicia, narcotráfico, trata de personas y crimen organizado. Se realizará en la Pontificia Academia de las Ciencias. Francisco abrirá el encuentro y los jueces y fiscales debatirán con colegas de otros países.
Las bendiciones llegaron a la jueza federal María Servini de Cubría, que investiga la responsabilidad política en el tráfico de efedrina y una causa por el caso Martins –prostíbulos y política–; al juez federal Sebastián Casanello, a quien la Cámara Federal apartó de la denuncia de Vera contra el ex jefe de los espías Jaime Stiuso por supuesto enriquecimiento ilícito, y que investiga a Lázaro Báez, y al fiscal federal Federico Delgado, que impulsó causas de trata de personas e investiga casos de drogas y corrupción.
Francisco se encargó de abarcar un amplio espectro judicial. Envió bendiciones al fiscal general de Mar del Plata, Daniel Adler –de Justicia Legítima, nombrado por Alejandra Gils Carbó–, y al fiscal Claudio Kishimoto, de Mendoza, quien está enfrentado a la procuradora. El juez federal Carlos Vera Barros, de Rosario, a cargo de los expedientes más calientes de narcotráfico en Santa Fe, también recibió el mensaje papal. Es el magistrado que procesó al ex jefe de la policía provincial, Hugo Tognoli.
El Papa también envió a cada uno de ellos un ejemplar de su última encíclica, 'Laudato si', especialmente dedicado, para que se pongan al corriente con su línea de pensamiento.