POLITICA
Entrevista

Moreno con Fontevecchia: "Lo que dijo Alberto sobre la meritocracia es un error conceptual"

Siempre polémico y contundente en sus declaraciones, el exsecretario de Comercio habló sobre peronismo, socialdemocracia y el Papa Francisco.

ENTREVISTA FONTEVECCHIA A GUILLERMO MORENO
ENTREVISTA FONTEVECCHIA A GUILLERMO MORENO | NESTOR GRASSI

En la extensa entrevista que brindó este fin de semana a Jorge Fontevecchia, Guillermo Moreno opinó de todo: habló del debate sobre la "meritocracia" que desató el presidente Alberto Fernández, opinó sobre peronismo y el rol de Sergio Berni, el lugar de la socialdemocracia y el papel del Papa Francisco. 

A continuación, los principales fragmentos:

—¿Qué opina usted sobre la meritocracia?

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—Ganarás el pan con el sudor de tu frente. Ese es el principio ordenador.

—¿Y qué opina de la definición de Alberto Fernández sobre que la meritocracia no es un gran ordenador?

—Es un error conceptual.

—¿Que lo vincula a la socialdemocracia? 

—Claro. Es la negación de los principios y los valores. Es el problema que tenemos. Empiezan a explicar que no existe el pasado común ni hay futuro. Dicen que la sociedad líquida es la resolución del presente. El resultado es que los funcionarios no planifican. Alberto Fernández no planifica porque no cree ontológicamente en hacerlo. Dice que es el principal discípulo de Néstor Kirchner. Sería conveniente que los chicos de la Juventud Peronista no crean que Kirchner era eso. Es quien creó el Ministerio de Planificación. Lo hizo en su primer gobierno. ¿Cómo estructura el gobierno Kirchner? Con un intendente, en este caso el ministro de Economía, que garantiza los equilibrios macroeconómicos. Eso fue Roberto Lavagna. El intendente del edificio. Nadie sabe quién es, pero su trabajo hace que las demás cosas funcionen. Pero Kirchner planificaba con Julio De Vido. Operaba donde el Estado puede hacerlo: lugares en los que tenía libertad, como minería, comunicaciones, obras públicas, transporte, energía. En la mesa donde se planificaba no estaba Alberto. Lo sé porque estuve allí. Quizá por eso se confunde a Alberto.

—Lo escuché hablar bien de Sergio Berni en un reportaje. Berni se autodefinió como el ala derecha del peronismo.

—No sé qué quiso decir.

—¿Hay una derecha y una izquierda en el peronismo?

—Hay un peronismo lo suficientemente amplio como para decir que somos una doctrina humanista y cristiana en la que agnósticos y ateos se sienten cómodos. Tenemos un grado de amplitud que nos permite incorporar desde las categorías de los pueblos hispanoamericanos, desde este pueblo mestizo, porque los europeos no podían hacer un nacionalismo de inclusión. Los europeos se equivocaron incluso con el nacionalismo, hicieron un nacionalismo de exclusión. Hay un nacionalismo cuyo ordenador básico es el peronismo.

—¿Se refiere a los de Italia y Alemania de la preguerra?

—No hay ninguna duda. Sobre todo, el de Alemania.

—¿Qué significado le da a la palabra populismo?

—Es una categoría que se empieza a definir desde el criterio de valor. No sé qué me quieren decir cuando me la mencionan. Si usted me la define con precisión, le digo si nos acercamos o nos alejamos. Si populismo es en la Argentina administrar la cosa pública atendiendo al bien común con déficit fiscal, no es lo que somos. O el populismo es que el Estado cada vez tenga más participación en la economía, tampoco. El populismo es negar la propiedad privada. No. Juan Perón poco sistematizó en sus escritos sobre el matrimonio igualitario. Y esto es cierto. Pero sobre el rol del Estado, escribió mucho. Tenemos muy claro los peronistas cuál es ese rol.

—¿Hay en otro lugar del mundo otro nacionalismo inclusivo?

—¿Sabe por qué no? Porque los americanos somos el único pueblo nuevo. Este es un pueblo mestizo extraordinario de la confluencia o fusión de tres grandes poblaciones: la indígena, la europea y la africana. No somos ni africanos, ni europeos, ni indígenas. Somos un pueblo nuevo. Ese pueblo nuevo de brazos abiertos recibe. Solo esos pueblos nuevos podían crear un nacionalismo de inclusión, de construir puentes.

—¿El nuevo nacionalismo es una creación de un pueblo nuevo?

—No hay alternativa. Son las nuevas categorías.

—¿Encuentra paralelismo con el peronismo en otros lugares de Latinoamérica?

—En el primer Lula. Hay paralelo con los peruanos, con los bolivianos. Pudo tenerlo con Getúlio Vargas en algún momento, también en Brasil. Hubo un nacionalismo inclusivo. Son categorías importantes. Recomiendo leer lo que el Papa manifestó en la primera misa en castellano que se rezó en San Pedro, en el Vaticano. Estaba Patricia Sosa y estaba el hijo de Ariel Ramírez. Se hizo una intepretación maravillosa de la Misa criolla. Fue un momento único. Estaban muchos obispos de América y era en conmemoración de la aparición de la Virgen de Guadalupe en México. La homilía de Su Santidad es extraordinaria. Es cuando uno dice: solo un pueblo nuevo puede generar ideas nuevas.

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—Usted marca una frontera cuya esencia está en el valor de lo nacional.

—Pero haciendo puentes. Hay una causa común, pero en esta casa común llamada Tierra, la diferencia es con la globalización cuya figura geométrica es la esfera. En la esfera todos los puntos son iguales y equidistantes del centro. Yo le giré la esfera y usted, si no marcó el punto, no sabe cuál es el punto que estaba mirando. Debe cambiarse por un poliedro que diga: “Cada superficie de este poliedro es un pueblo indispensable para completar la figura”.

—¿Un universalismo que reconoce la diferencia?

—Lógico. No la uniformidad. Es la unidad.

—¿En la socialdemocracia y el neoliberalismo habría uniformidad?

—Eso fue la globalización. Por eso la plantearon juntos. Tanto los socialdemócratas como los neoliberales plantean tal esquema axiomático.

—El marxismo también fue universalista.

—Sí, pero con clases. Los liberales también. Y en este punto los únicos distintos somos nosotros. Respetamos lo singular en la unidad. 

 

MB/FF