POLITICA

Ofelia Wilhelm, la madre de Cristina, de empleada estatal a jubilada VIP

Tiene 84 años, cobra el “fallo Badaro” y se atiende en el sanatorio Otamendi. Durante las inundaciones de La Plata, su hija la hospedó en Olivos. Galería de fotos

Ofelia Wilhelm, de empleada estatal a jubilada VIP
| Cedoc
En la década del '70, cuando todavía trabajaba en la Dirección General de Rentas, Ofelia Wilhelm no podía imaginar que, muchos años después, su hija, Cristina Fernández de Kirchner, sería presidenta. Tampoco sabía que esa condición la haría pasar de ser una exempleada estatal a una "Jubilada VIP" rodeada de beneficios inalcanzables para el resto de los argentinos de la tercera edad.

La madre de CFK, hoy con 84 años, además fue secretaria general de su gremio, AERI (Asociación de Empleados de Rentas e Inmobiliarios). Al haber trabajado en la gestión bonaerense, le corresponde la cobertura de salud del Instituto de Obra Médico Asistencial (IOMA). En mayo, Ofelia debió operarse de la cadera: la internaron en el Sanatorio Otamendi y le pusieron una prótesis importada; todo el tratamiento costó más de 180.000 pesos. Por las gestiones de su familia, la obra social le reintegró todo el dinero. Idelmar Seillant, presidente del Sindicato Único de Profesionales Trabajadores y Técnicos del IOMA, denunció a Perfil.com que el servicio no tiene acuerdo con el Otamendi y no debería cubrir una prótesis comprada en el extranjero.

No es la primera vez que Wilhelm se atiende en un centro de salud privado: en abril de 2009, fue internada en el Instituto Fleni por un "accidente cerebro vascular temporal". La presidenta dijo entonces que el cuadro fue sólo "un susto". La madre de Cristina sólo sigue el ejemplo de su hija, que suele elogiar los beneficios de la salud pública, pero usualmente se trata en clínicas privadas.

Ofelia disfruta de otro beneficio que la mayoría de los jubilados no tiene: el ajuste de los haberes gracias al llamado "fallo Badaro". La madre de Cristina inició el trámite legal en 2008 y tres años después la justicia ordenó pagarle el monto sobre la pensión que cobra de su difundo esposo, el colectivero Eduardo Fernández, fallecido en 1982. La ANSES, en contra de lo que suele hacer en esos casos, no apeló el fallo. La agencia estatal Télam aseguró entonces que el dinero cobrado (152.000 pesos según la agencia, 32.758 de acuerdo al expediente) se donó a la ex Casa Cuna de La Plata. Muchos jubilados no cobran la actualización y otros miles esperan que sus trámites se resuelvan en la justicia.

Tal vez el mayor privilegio que haya tenido Wilhelm ocurrió durante las inundaciones de La Plata del 2 de abril de 2013, en las que murieron 89 personas. Ofelia tuvo suerte dos veces: su casa está en la calle 522 bis entre 7 y 8, una cuadra en pendiente, por lo que fue una de las pocas a las que no la tapó el agua. Pero además, su hija la hospedó a la Quinta de Olivos durante la tragedia.

Ese traslado fue una novela aparte. Durante su visita posterior a La Plata, Cristina le contó a los inundados que su madre también había sufrido la catástrofe. PERFIL informó que la jubilada había sido trasladado a la residencia presidencial. Días después, el secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli, desmintió la primicia. Finalmente, uno de los custodios de la madre de CFK confirmó que estaba en Olivos.

Pasión tripera. Como muchos jubilados, Ofelia Wilhelm es fanática del fútbol. Es hincha de Gimnasia y Esgrima de La Plata, y hasta llegó a asociar a su bisnieto, Néstor Iván, el hijo de Máximo Kirchner, sólo un mes después de haber nacido. Pero la mujer no es una hincha más. Incluso quiso integrar la lista del polémico Juan José Muñoz para conducir el club, aunque, según las versiones, su hija se lo prohibió. Ofelia va a la tribuna, alienta y hasta llegó a retar a los técnicos. "Ella viene a comer con nosotros en la previa de cada partido", contó el año pasado el DT Pedro Troglio. Otro de los tantos beneficios de ser madre de la presidenta.