El Tribunal Oral Federal 6 declaró "rebelde" y ordenó la captura internacional de Nina Lozeva, una presunta "testaferro" del ex secretario de Transporte Ricardo Jaime, quien le mintió a la Justicia para poder salir del país por unos días durante el verano pasado y ahora se encontraría en Bulgaria.
Lo hizo al vencer el plazo que dispuso el Tribunal para que regrese a la Argentina luego que saliera con autorización bajo la excusa de que sus hijas visitaran a su abuela quien reside en Bulgaria.
La búlgara Nina Lozeva es sindicada como "testaferro" del detenido Jaime, a quien se lo acusa por enriquecimiento ilícito: ella pasó de su modesta vida en La Plata y de dedicarse a adiestrar perros a ser dueña de un semipiso en la avenida Figueroa Alcorta 3050, de la Capital Federal, que en su momento compró a través de una sociedad por 1,5 millones de pesos.
Lozeva se presentó en diciembre ante el Tribunal Oral Federal 6 solicitando autorización para viajar a Sofia, en Bulgaria, bajo la excusa de que sus hijas chiquitas pudieran ver a su suegra que vivía allí y estaba atravesando una grave en enfermedad, el cáncer.
El trámite arrancó con sospechas pues el certificado médico de la suegra databa del 24 de febrero de 2017, o sea nueve meses antes que ella hiciera la solicitud, pero los jueces del Tribunal la autorizaron igual considerando que la enfermedad que aducía sobre su suegra era permanente. La autorización del viaje fue entre el 11 de diciembre y el 24 de enero de este año, por lo cual debía dar aviso al retornar a la Argentina dentro de las 48 horas.
Poco antes de la fecha límite de regreso, el abogado de Lozeva se presentó a través de sus abogados en los tribunales de Comodoro Py con un certificado médico traducido en el cual avisaba que la hija de 4 años de Lozeva tenía fiebre e iba a demorar su retorno, pero luego también puso de pretexto de que su cliente no contaba con el dinero para poder afrontar el cambio de pasaje aéreo.
Más extraño aún es que dijo que quien podía aportarle ese dinero era su marido pero que él se encontraba en Gran Bretaña y padecía de alcoholismo, lo que complicaba aún más el escenario. Mientras se le fijaba la obligación de presentarse ante la Embajada Argentina en Bulgaria, Lozeva -a través de su abogado en Buenos Aires- volvió a presentar un nuevo certificado psicológico en el que decía que su hija menor atravesaba un cuadro traumático por episodios de inseguridad que había sufrido previo a su viaje de diciembre a Bulgaria.
Un episodio era porque la niñera que la cuidada en la Argentina le había dado un trato hostil y el otro porque había sido testigo de un hecho de inseguridad que sufrió su madre. La fiscal de juicio Gabriela Baigun advirtió que el certificado psicológico que entregó ante la Justicia en verdad era una copia de uno idéntico que Lozeva había presentado en el jardín de infantes 59 de la ciudad de Sofia para justificar la inasistencia de su hija menor.
El certificado tenía fecha de enero, o sea que desde entonces la hija de Lozeva estaba escolarizada, por lo que la Fiscalía evaluó que eso era demostrativo de una estabilidad que quería emprender la imputada en ese país, alejándose del verdadero motivo que era de viajar temporalmente durante el verano. Pero la mujer búlgara fue por más y luego directamente pidió autorización para residir de manera permanente en Bulgaria hasta tanto comience el juicio oral y público que el Tribunal fijó a partir del 1 de octubre próximo.
"Nina Lozeva mintió al Tribunal", señalaron los jueces José Martínez Sobrino, Julio Panelo y Fernando Canero, quienes concluyeron que "la verdadera intención de la imputada al salir del país con destino a la ciudad de Sofía, República de Bulgaria, no fue visitar a su suegra enferma, sino radicarse junto a sus hijas en su país de nacimiento".