El escritorio de la oficina de Gerónimo “Momo” Venegas, en el cuarto piso de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre), tenía un recipiente con caramelos de todo tipo. Venegas decía que había sido tan pobre durante su infancia que anhelaba un día comer caramelos. Anhelo que mantuvo toda su vida. Hoy en esa oficina está Ramón Ayala. Pero en un gremio acostumbrado al bajo perfil, hoy no saben cómo detener el escándalo por la herencia de su líder.
El martes, María Eva, hija de Venegas, denunció: “Testaferros de mi padre quieren quedarse con mi plata”. Desde ese día, en la sede de Reconquista 630 reina el nerviosismo. Todos saben que la disputa no es sólo familiar, sino que detrás aparecen sociedades anónimas que trabajan con el sindicato y estarían controladas por el círculo íntimo de Venegas. Ante la denuncia penal realizada por el abogado Alejandro Sánchez Kalbermatten, la tensión creció. “Si acá entra la Justicia y va al tercer piso, el gremio termina intervenido”, aventuró un dirigente.
Hoy el gremio está en manos de Ayala. El Momo pidió que se quedara al frente dos años hasta las elecciones de 2019. ¿Quiénes pujan por quedarse con el poder? Además de Ayala, se anotan Oscar Ceriotti, coordinador nacional del gremio, y Alberto Barra, al frente de la comunicación. “Todos desconfían porque el Momo les prometió distintas cosas. Ahora varios quieren mandar”, confió una fuente sindical.
Carlos Arrieta tiene sus oficinas en el tercer piso. Dirigente peronista de Necochea, comenzó en Luz y Fuerza. Conoció a Venegas cuando era delegado de la Subsecretaría de Trabajo de esa localidad. Fue secretario de Turismo del municipio y cuando el Momo escaló por su relación con el presidente Carlos Menem, vinieron juntos a la Ciudad. Luego hay nombres que aparecen en sociedades beneficiadas con tareas junto al gremio, como Matías Ciccimarra y Elba Araceli de Robles. La hija de Venegas dijo a PERFIL: “Arrieta era el testaferro de mi padre. Y Ayala es su socio”.
Las acusaciones entre María Eva Venegas y el resto de sus hermanas escalaron a tal punto que el jueves la Uatre emitió un comunicado para desligarse del asunto. Pero el nerviosismo en el sindicato va en aumento.
De Menem y Duhalde a Macri. El 1° de mayo de 2017, Mauricio Macri compartió el Día del Trabajador junto al Momo Venegas. “Se sentía como en casa”, dijo días después el titular de Uatre. Ambos tuvieron una muy buena relación, sobre todo cuando el presidente le devolvió el control del Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores (Renatre) que había pasado al control del Estado durante la gestión de Cristina Kirchner.
Fueron Eduardo Duhalde y Carlos Menem los peronistas que llevaron a Venegas a las primeras líneas del poder sindical durante los 90. El Momo supo consolidar a la Uatre. Antes de pelearse con los Kirchner, la relación fue cordial. A tal punto que Ricardo Jaime supo alojarse en el hotel del gremio, Facón Grande, sobre Reconquista 645.
En 2008, durante el conflicto con el campo, Venegas defendió a la Mesa de Enlace y movilizó en las manifestaciones. El punto de no retorno con Cristina se dio el 10 de febrero de 2011, cuando el juez Norberto Oyarbide lo detuvo por la mafia de los medicamentos. El 12 de febrero lo liberaron. Ese mismo año, el Congreso aprobó el nuevo Estatuto del Peón Rural y el Estado se quedó con Renatre. La caja más importante del Momo pasó a manos públicas.
El acercamiento con Macri no fue automático. Pero como tenía mala relación con Sergio Massa,se terminó inclinando para el lado del PRO. Su partido, Fe, fue clave para la fiscalización de la provincia.