“La doctora siempre está”. “Se retira de Diputados, pero después tira un tuit y sigue haciendo política”. “Mientras la mayoría juega al fútbol, ella juega al ajedrez”. En la Coalición Cívica se veían venir la decisión de Elisa Carrió de renunciar a su banca y alejarse de la política cotidiana, pero no dejaron de sorprenderse del momento elegido. Ahora, empiezan a reconocer que además de la cuestión personal, existe una cuestión de estrategia política detrás del renunciamiento.
“Ella hace la lectura de que se vienen momentos de moderación, que las actitudes extremas no suman en el contexto que viene”, asegura uno de los dirigentes que estuvo cenando con ella el lunes en su casa de Exaltación de la Cruz. Otro, que la acompaña hace años en Diputados, coincide en que la variable estratégica es una más entre las tantas que influyeron para tomar su decisión. La lógica de esa estrategia, asegura, es que no la pongan a ella de “excusa” para romper, ni en Cambiemos ni en el nuevo gobierno. “Ella entra acá y todos la insultan, ahora no va a estar, así que vamos a ver cómo les va”, señala.
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En el partido ponen la mira en sectores del radicalismo y del PRO que venían hablando de plantarse como una “oposición moderada” y ya hablaban, en off the record, de “aislar los extremos, como Carrió”.
“La dinámica política no es normal en la Argentina. Por eso tenemos que hacer una vigilia de los diez millones que nos votaron y no estar pensando en lo que hacen los dirigentes”, expresa otra dirigente del entorno de Carrió.
Yo siempre voy a estar
Lo personal, de todas formas, también ocupó un rol central en el paso al costado que dio Lilita. Hubo quienes hicieron el paralelismo con su hijo menor, Nacho, quien por primera vez apareció en público esta semana, cuando la acompañó a la Casa Rosada y se sacó una foto con Macri. Tiene 26 años, por lo que vivió todo su recorrido político y ella siempre se lamenta de no haber podido dedicarle más tiempo.
Alejada de la pelea cotidiana, Carrió quiere dedicarse a temas más generales, como los populismos (de izquierda y derecha), el humanismo, las migraciones y Medio Oriente. “No toleraría otra Cámara con griterío e insultos”, les dijo a los líderes del partido. Siente que con la transición y un escenario más parejo en el Congreso se avanzó en materia republicana. Sin embargo, ya avisó que no se va a esconder. “Yo siempre voy a estar”, les dijo a los lilitos. Ante la mesa política de Juntos por el Cambio que se reunió el lunes fue más contundente: “¡Ah, y si ponen un presidente de interbloque al que tengo denunciado yo rompo todo!”, disparó. Y se fue.