Víctor Fabián Gutiérrez comenzó a trabajar en 1994, cuando ingresó a la Caja de Servicios Sociales de Santa Cruz como cadete. A mediados de 1995 llegó al círculo K y comenzó a trabajar junto a Néstor Kirchner en su segundo mandato como gobernador de su provincia. La leyenda de la época dice que el acercamiento al matrimonio se debió a los contactos de su madre, Teresa García, quien durante varios años fuera la interventora del mencionado organismo.
A mediados de 1995 llegó al círculo K y comenzó a trabajar junto a Néstor Kirchner.
Siendo un joven cadete, Gutiérrez pidió dos préstamos en el viejo Banco de la Provincia de Santa Cruz, que según publicó OPI Santa Cruz, dejó impagos, al punto que ya en el 2003 y 2004 figuraba con categoría de “incobrable” ante el Banco Central. Algunos recuerdan que por entonces hacía alarde de ser “amigo del jefe” (por Néstor Kirchner).
Sus inicios en la actividad comercial fueron gracias a estos prestamos. “Limpiaba alfombras, con una máquina que compró con los prestamos que obtuvo” contó un antiguo amigo de Fabián a la agencia de noticias mencionada. Sin embargo los vínculos con los Kirchner le permitieron abrir las puertas en su nuevo emprendimiento comercial, pues su empresa tomó a cargo la tarea de limpieza en el viejo casino y en varias "discos" de la capital de Santa Cruz; pero poco después su empresa de limpieza desapareció del mercado laboral.
Limpiaba alfombras, con una máquina que compró.
Sin embargo, su carrera empresarial no se detuvo allí. El entonces Secretario Privado de Néstor Kirchner instaló el café “El Recinto” a pocos metros de la Cámara de Diputados sobre la calle Alcorta en Río Gallegos que fue punto obligado de reunión de los Diputados oficialistas. Lamentablemente también aquí sus aspiraciones de empresario se vieron rápidamente frustradas y en pocos meses debió cerrar el negocio. “Fabi siempre se dedicó a vender autos” confiesa un amigo del ex secretario presidencial.
Cuando Néstor Kirchner asumió la Presidencia, Fabián Gutiérrez lo acompañó y fue designado secretario adjunto. Pero antes de llegar allí, fue el compañero inseparable de Cristina Kirchner en su carrera política, tanto en la Cámara de Diputados, como en el Senado de la Nación.
No obstante en la segunda mitad del año 2005, Gutiérrez renunció y regreso al sur, “no aguanto más a la loca”, dicen los infidentes que gritaba Fabián a los cuatro vientos cuando llegó a El Calafate con un evidente pico de estrés laboral.
"No aguanto más a la loca”, decía a los cuatro vientos Fabián Gutiérrez en El Calafate
Instalado en la localidad santacruceña, Fabián quiso invertir sus ahorros, entonces intentó retomar la carrera de empresario que se había frustrado en Gallegos y la emprendió con otro negocio en la próspera villa que por entonces, se vendía al mundo como el nuevo jardín de la república.
Obtuvo la franquicia de los alfajores “Havanna”; y puso un local en la principal avenida de la villa turística. Pero el alto costo del alquiler y las ventas bajas no lograron hacer que el negocio le funcionase.
Incansable, Gutiérrez decidió probar suerte con un resto-bar denominado “Living”. Por allí pasaron todos los amigos, al menos una noche, a conocer y a tomar algún trago, pero este emprendimiento como todos los anteriores entró en picada. Así, Fabián Gutiérrez entendió que lo suyo no era la empresa y volvió a ocupar su lugar en el círculo de las relaciones públicas de Cristina Fernández de Kirchner.
El decreto 64/2007 decía que fue designado como Secretario Adjunto de la Presidenta de la Nación con rango y jerarquía de Secretario. Fabián retornaba a sus inicios. Nuevamente instalado en Capital Federal se movía en un Porsche negro descapotable, algo más fatigado, con un ponderable estrés por vivir al lado de una persona con un carácter difícil como Cristina, pero económicamente más seguro.
Finalmente, en enero de 2010, renunció a ese cargo. Desde que los Kirchner llegaron al poder su patrimonio creció un 765%.
CP