El supuesto testaferro de Amado Boudou, Alejandro Vandenbroele, se quedó sin abogada defensora antes de que arrancara el juicio oral y público por la venta de la imprenta Ciccone Calcográfica. Hasta el momento había sido representado por Liliana Cobas, pero renunció antes de iniciarse el proceso.
Para garantizar el comienzo del juicio, se le designó una abogada oficial, Paola Vigliani. La sorpresiva renuncia de Cobas fue visto por algunos como una maniobra para tratar de posponer el inicio del juicio.
Ayer, lo había intentado el ex vicepresidente Amadou Boudou, cuya defensa presentó un planteo en el que se argumentó que primero debía resolverse su situación en otras causas que a su criterio tienen que ver con el caso: una investigación por un contrato firmado entre The Old Fund y la provincia de Formosa para asesoramiento en la deuda pública y el expediente por el presunto enriquecimiento ilícito del ex vice y su entorno. Pero el Tribunal Oral Federal 4 de esta Capital lo rechazó.
Su abogada no es lo único que Vandenbroele perdió en este proceso judicial. El hombre señalado como testaferro de Boudou se mostró dispuesto a declarar como arrepentido en la causa por 1 millón de dólares, según informó el diario La Nación. También reclamó protección para él y sus familiares, aunque el Gobierno rechazó pagarle esa cantidad. Tras lo cual, siguió con intenciones de declarar a cambio de garantías pero el acuerdo se cayó por la filtración de las negociaciones.