Jose Alperovich no baja los brazos. Resiste y apunta a jugarse sus últimas cartas en la Justicia en su afán de ser juzgado por un jurado popular en el marco del expediente donde está procesado y embargado por abuso sexual a una sobrina que era parte de su equipo de trabajo cuando ejercía como senador nacional.
El exfuncionario sumó esta semana su cuarto revés judicial; el primero desde que la causa fue elevada a juicio oral hace ya varios meses. El Tribunal Oral en lo Criminal Número 29 rechazó su deseo de “ser sometido a la voluntad del pueblo”, argumento que viene sosteniendo desde que la Corte determinó la competencia a favor de la Justicia nacional de la Ciudad al rechazar un planteo de su defensa.
De manera unipersonal, el magistrado José María Ramos Padilla fundó su negativa tras analizar diversos aspectos de naturaleza procesal, siendo el primero de carácter normativo puesto a que en el fuero donde se tramita la causa no está legislado que el delito que se le imputa a Alperovich pueda debatirse mediante ese tipo de proceso.
El segundo por la clase de delito, el ex senador nacional invocaba que en la justicia de la ciudad se encuentra implementado el juicio por jurados, sin embargo, el abuso sexual con acceso carnal aun no esta contemplado en el fuero porteño.
Finalmente Ramos Padilla abordó la cuestión de la pena. En su fallo sostuvo que, “en el hipotético caso de que fuera aplicable -el juicio por jurados en la Justicia nacional- el delito que aquí se le atribuye a Alperovich no estaría alcanzado por sus previsiones. Ello, en función de que el artículo 119, tercer párrafo, del Código Penal de la Nación, establece una pena máxima en abstracto de quince años de prisión”.
Sin embargo, Alperovich aún tiene la oportunidad de poder jugar otra carta recurriendo la decisión del magistrado a través de la interposición de un “recurso de casación”, el cual el propio tribunal debe resolver si lo concede.
En caso de aceptarlo, el expediente es elevado a la Cámara Nacional de Casación que deberá determinar su admisibilidad. El ex legislador tucumano busca que la la instancia superior revierta la decisión de Ramos Padilla y que doce personas determinen si es culpable o inocente de por tres hechos de abuso sexual, uno consumado, dos en tentativa y seis de abuso sexual agravado por haber sido con acceso carnal.
De prosperar, ese tribunal tendrá que convocar a una audiencia donde escuchará a las partes y posteriormente estará en condiciones de resolver si puede ser sometido a jurado popular o por el contrario, habilite al TOC 29 a continuar con el proceso del cual tendrá que fijar fecha.
Alperovich viene cosechando serias derrotas judiciales que Pablo Rovarti, coordinador del Programa de Asistencia y Patrocinio Jurídico a Víctimas de Delitos de la Defensoría General de la Nación y querellante entiende como una estrategia dilatoria.
Luego que la denuncia se encausó en 2019, su instrucción empezó a tramitarse en dos jurisdicciones: la Capital Federal y en la provincia de Tucumán debido a que los hechos, según la denunciante, ocurrieron en ambos lugares. El exfuncionario buscó llevarse el expediente a la Justicia de su provincia pero ese conflicto de competencia fue zanjado por la Corte Suprema de Justicia.
Ahora, faltando solamente que el Tribunal Oral 29 determine la fecha de inicio y la cantidad de audiencias, Alperovich apuesta a que en la segunda etapa del proceso sea bajo otra modalidad. Si bien advirtió que “llegará a la Corte” para esto, no se descarta que el límite lo ponga la propia Casación.
