Paolo Rocca, dueño de Techint y el empresario más importante de la Argentina, declaró hoy en indagatoria por el presunto pago de sobornos, en el caso conocido como “el cuaderno de las coimas”. Frente a los fiscales del caso, Carlos Stornelli y Carlos Rívolo, se deslindó de responsabilidades y apuntó a Luis Betnaza, directivo de su compañía y procesado en el marco del expediente. En ese sentido aseguró que el cargo de Betnaza le permitía tener cierta autonomía dentro de la empresa. El nombre de Rocca despertaba suspicacias luego de no haber sido convocado en el caso en el que fueron involucrados dos hombres de su confianza: Betnaza y Héctor Zabaleta, quien fue detenido, se convirtió en arrepentido y terminó con falta de mérito.
Tras ser detenido a comienzos de agosto, cuando estalló mediáticamente el caso, Zabaleta apuntó a Betnaza, quien fue convocado a indagatoria. Allí, Betnaza reconoció que él le había dado la órden a Zabaleta para que realizara pagos ilegales a través de SIDOR y TAVSA, firmas de Techint en Venezuela durante el gobierno de Hugo Chávez. Sin embargo, a pesar de sus dichos, Rocca no era convocado, hasta la semana pasada.
Hoy, Rocca negó haber pagado sobornos, señaló a Betnaza y y aseguró que él no estuvo en conocimiento de absolutamente nada de lo que se le imputa.
En tanto que, respecto de los dichos del ex titular de OCCOVI y arrepentido en el expediente, Claudio Uberti sobre Venezuela y los pagos de Techint allí, Rocca aseguró que él no estaba a cargo de lo que sucedía en su empresa en ese país, sino que se estaba haciéndose cargo de los problemas que acarreaba la situación de Leehamn Brothers a nivel mundial. Pero sí admitió haber estado al tanto de los problemas que tuvieron en ese país para sacar a sus empleados del lugar cuando comenzaron los conflictos con el gobierno de Hugo Chávez.
Las fuentes consultadas por este diario explicaron que Rocca no entregó ningún tipo de documentación, respondió las preguntas de los fiscales y detalló cómo es la composición del gigante que lidera y que tiene 80 mil empleados.
La llegada de Rocca fue sobria. Diez minutos antes de las 14.30, la hora en que estaba pactada su indagatoria –inicialmente prevista para el 16 de octubre, pero adelantada por pedido del empresario por un viaje- llegó a la secretaría 21, del juzgado de Claudio Bonadio. El magistrado ya no estaba allí. Una hora antes se había retirado del edificio. Rocca estaba acompañado de sus abogados José María Figuerreo y Santiago Fontán Balestra. Para evitar el contacto con la prensa y las fotos de su momento más incómodo, el empresario ingresó por el subsuelo del edificio, a bordo de un Toyota Camry gris oscuro.