POLITICA
ENTREVISTA (PARTE IV)

Daniel Scioli: "Alberto Fernández tiene que dar confianza y certidumbre a los mercados"

En diálogo con Jorge Fontevecchia, el exgobernador definió al ungido de Cristina como alguien "de mucha contracción al trabajo" y como un jefe de Gabinete con "impronta propia". VIDEO.

Daniel Scioli, en la entrevista con Jorge Fontevecchia.
Daniel Scioli, en la entrevista con Jorge Fontevecchia. | Pablo Cuarterolo

Daniel Scioli definió al precandidato presidencial Alberto Fernández como alguien "de mucha contracción al trabajo" y como un jefe de Gabinete con "impronta propia". "Cuando uno iba a hablar con él, sabía que de alguna manera era estar entendiendo los pensamientos o las decisiones de Néstor Kirchner", agregó el exgobernador bonaerense en la entrevista que brindó a Jorge Fontevecchia para su ciclo "Periodismo Puro".

Reflexionando sobre la fórmula kircherista Fernández-Fernández, Scioli cree que Alberto todavía tiene por delante la tarea de "dar confianza y certidumbre a los mercados" y no cree que la organización La Cámpora sea capaz de "llenarle la cabeza" a Cristina Kirchner para ponerla contra su candidato: "Creo que ella tiene suficiente personalidad y experiencia para no dejarse influenciar por eso". Además, recordó la campaña de 2015 y el impuesto "vice" Carlos Zannini.

—Entonces, vayamos a lo que creés que puede ser lo más probable el 10 de diciembre: que no continúe este Gobierno.

—Ni este Gobierno va a poder ser el mismo, ni el que venga va a poder hacerlo por sí solo. Esto lo quiero dejar claro.

—Pero vos lo que mencionás es que le asignás más posibilidades que el que no lo pueda hacer por sí solo sea un nuevo Gobierno y no la continuidad de este. Sobre ese punto, Jaime Duran Barba escribió el domingo pasado en Perfil que como Alberto Fernández era una persona con un carácter que no es dócil y Cristina Kirchner obviamente tampoco, es muy probable que existan conflictos institucionales entre ellos en caso de que no se pongan de acuerdo que afecten la institucionalidad. ¿Te parece probable que en un eventual Gobierno con Alberto Fernández de presidente y Cristina Kirchner de vice los conflictos personales puedan llegar a generar un problema institucional?

—Yo creo que los conflictos del país son tan grandes que no va a haber margen para conflictos personales, sea en el espacio político que sea. Creo que va a haber necesidades y responsabilidades superiores, pensando en el país. Aparte, esa historia de los conflictos entre los presidentes y los vice ha hecho mucho daño a la institucionalidad y a la Argentina. Ahí estamos partiendo de la base de quién va a ganar, no quiero hacer especulaciones y pensar…

—Te pregunto a vos, que casualmente has padecido eso. Al poco tiempo de asumir, Néstor Kirchner te desautorizó fuertemente.

—Sí. Uno de los temas fue la tarifa.

—Exactamente.

—Después, como el tiempo es un gran ordenador, nos dimos la oportunidad de charlar, ordenar las cosas. Yo lo comprendí a él, él me entendió a mí y Raúl Alfonsín medió para que las cosas no pasen a mayores.

—Y también vos te acomodaste a esa situación. Si la vicepresidenta de Néstor Kichner fuera Cristina Kirchner y Néstor la hubiese desautorizado, probablemente la situación habría sido distinta, ¿no? ¿Cómo era aquel Alberto Fernández con el que compartiste también cuando él era jefe de Gabinete y vos vicepresidente?

—Trabajaba… Lo recuerdo como de mucha contracción al trabajo y era el que interpretaba y, para decírtelo en términos empresarios, el gerente general de la compañía. Las definiciones eran de Néstor y él era un jefe de Gabinete en todas sus atribuciones en plenitud, despacho de por medio con el presidente.

—¿Fue el mejor jefe de Gabinete que tuvo el kirchnerismo?

—Al hecho de que haya durado todo el período de Néstor Kirchner y haya continuado con Cristina le atribuyen una importante tarea y labor. Él era no era solamente el título de jefe de Gabinete, ejercía el poder emanado por la Constitución y por la ley, y aparte lo que le delegaba Néstor. Los ministros tienen poder o no de acuerdo al poder que uno les delega.

—Vos decís que tenía un poder delegado y propio.

—Tenía una impronta propia de que cuando uno iba a hablar con él, sabía que de alguna manera era estar entendiendo los pensamientos o las decisiones de Néstor Kirchner, que él era el que en definitiva…

—¿Nunca lo desautorizaba Néstor Kirchner?

—Yo no recuerdo que lo hubiera desautorizado. Es más, él me vio en aquel momento que me reencontré con Néstor, había entrado yo a la oficina de Alberto y después me llevó a la oficina de Néstor y tuve una charla a solas. Con él siempre mantuve un vínculo intenso no solamente cuando era jefe de Gabinete, porque ahí son todos amigos del campeón y a mí me gusta ser también amigo cuando la gente queda en el llano y lo frecuento, y estuve muchas veces con él.

—A eso iba. ¿Y después, cuando él ya estaba en el llano?

—Lo vi muchas veces.

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—¿Cambió en algo?

—No. Tuvo esas posiciones críticas que se hicieron públicas, pero como a mí siempre me gusta consultar con gente de experiencia, particularmente en esta etapa de mi vida, donde tengo más tiempo para dedicar a estudiar en profundidad, estudiar más los temas, no tengo la exigencia y la demanda que implica gobernar una provincia como la de Buenos Aires, una de las personas con las que más conversaba era él.

—¿Te imaginabas en aquel momento que él podía ser el elegido de Cristina para encabezar una fórmula?

—[Ríe] Llamó la atención, ¿no?

—Llamó la atención.

—Pero sí lo veía muy cerca de Cristina en los últimos tiempos, ganándose de nuevo su confianza.

—Se lo definió a Alberto Fernández como neoliberal en la economía y socialdemócrata en política. ¿Te queda esa sensación de que esa sería una buena definición de lo que él representa ideológicamente: ortodoxo en la economía, socialdemócrata en la política?

—Sí, tiene que dar confianza y certidumbre a los mercados; de hecho, está trabajando en eso. Porque con ver la agenda de vencimientos que tenemos por delante y las dificultades que hay para atraer inversiones y que no se vayan más capitales del país (se han ido US$ 70.000 millones). Calculemos que el Plan Marshall fueron unos US$ 15.000 millones…

—Esos US$ 15.000 millones hoy habría que multiplicarlos por 100…

—Bueno, pero proporcionalmente nunca llegarían a lo que estamos hablando que se ha fugado de la Argentina.

Daniel Scioli, en la entrevista con Jorge Fontevecchia.

—O sea, él es así: una persona con ideas clásicas en economía y desde el punto de vista político, una persona...

—Progresista.

—Se hacen muchas comparaciones entre esta fórmula presidencial que eligió Cristina y la tuya con Zannini; es decir, Zannini como vicepresidente y una especie de comisario político, y en el caso de la actual fórmula, la propia Cristina ocupando ese espacio como una especie de comisario político del presidente. ¿Ves alguna comparación que sea útil y didáctica entre aquella fórmula con Zannini y esta de Alberto Fernández con Cristina?

—Hasta ahora, ninguna de las dos se pudo poner en práctica operativamente porque nosotros perdimos la elección y esta todavía es una candidatura. En el caso de que la gente decida que ellos conduzcan el país. Estamos hablando de la Argentina. Faltan más de tres semanas para el cierre de listas.

—Te lo pongo de otra forma: ¿te quedaba en algún momento la sospecha de que Zannini estaba siendo colocado como vicepresidente para que si hubiera alguna discrepancia insalvable con vos, Cristina Kirchner tuviese la alternativa a través del juicio político…

—[Ríe] Se ha dicho de todo en ese sentido…

—¿Pero en algún momento te quedó esa sospecha?

—No. Mirá, puede ser ingenuidad. Yo ando por la vida con buena fe, no ando pensando en que le vaya mal al otro y si me va bien, no ando tomando decisiones en base a supuestos, decir “bueno, tengo chances si al país le va mal”, generando los escenarios hipotéticos en los cuales tendría chances. Si yo me hubiese dejado por esa paranoia desde el comienzo de mi carrera política… Cuando comencé con una interna contra Miguel Ángel Toma, me decían “no vas a poder competir, te van a ganar”. Después, cuando entré a la Secretaría de Turismo y Deporte me decían “no vas a poder hacer nada”, y me puse a laburar como loco y logré tener un buen trabajo que me llevó…

—O sea, a vos te decían “Zannini te va a generar problemas” y vos te lo imaginabas positivamente. Para traducir esto que estás diciendo. Vos siempre tenés pensamiento positivo.

—Tengo pensamiento positivo y me doy la oportunidad. La primera charla que tuve con él, le dije “Mirá, siento que nosotros nos tenemos que conocer, y siempre sentí como una tensión. Decime qué dudas tenés, qué no te gusta”. Salió bien. Me lo llevé a comer a mi casa y charlamos de la vida, las cosas. Trato siempre de entender al otro, distender y darnos la oportunidad de conocernos. Porque si no, si nos tocaban la responsabilidad de conducir al país, no podíamos estar con esa situación de tensión y desconfianza. Ahora, bueno, no ocurrió.

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—Ahora, en el caso de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, que son personas que se conocen bien (no era el caso tuyo con Zannini), ¿creés que pueda ocurrir que si por cualquier motivo las diferencias fueran insalvables, pase en Argentina lo que pasa recurrentemente en Brasil, que asuma el vicepresidente porque le hacen juicio político al presidente?

—El país no está para eso, la gente no va a dejar que ocurra eso. Primero cerrarán las listas… Este es un escenario de final abierto. No veo certidumbre de que vaya a ganar ni el Gobierno, ni los Fernández, ni AF, ni quien te habla… Es muy dinámico. La última semana de la elección antes del debate yo estaba un punto arriba. Después del debate, que para la gente lo ganó Macri, él se fue un punto arriba. Y después resulta que yo pierdo el jueves a la noche cuando ya habíamos entrado en veda electoral por la última imagen que hubo del cierre de campaña: Mauricio en la Quebrada de Humahuaca con Juliana, su señora, Gabriela Michetti y María Eugenia Vidal, y yo en La Matanza con Zannini, Fernando Espinoza y mis compañeros. Posiblemente no era lo que la gente esperaba en esa última imagen. Y el viernes y el sábado parece que hay veda electoral pero la gente seguía pensando y definiendo su voto. Acá todavía faltan tres meses.

—Vos dijiste, cuando eras gobernador —te cito textualmente—: “Algunos de los pibes de La Cámpora le llenaban la cabeza” a Cristina Kirchner contra vos, ¿podría pasar lo mismo con Alberto Fernández?

—¿Que le llenen la cabeza a Cristina contra Alberto?

—Sí.

—Creo que ella tiene suficiente personalidad y experiencia para no dejarse influenciar por eso. Es uno de los desafíos que tiene para transitar en forma competitiva su candidatura: que no penetre en la sociedad una percepción… A ninguno nos puede pasar. La gente puede percibir “bueno, a ver si va a poder gobernar”. Creo que me ocurrió a mí también, la gente tenía dudas: ¿Va a poder gobernar? ¿Va a tener autonomía? ¿Va a tener independencia? Y te digo sinceramente que siempre que estuve al frente de un Ejecutivo, nunca tuve ninguna interferencia, ni pedidos de cargos, ni nada. Ejercí en plenitud mis facultades institucionales como gobernador o como vicepresidente administrando el Senado. Ahora, mi límite era ese. No era que aparte de administrar el Senado me iban dar ministerios para administrar, y como gobernador goberné con mis colaboradores. Y si hubiera sido o soy presidente, voy a trabajar con mi equipo de gobierno.

—Vos la volviste a ver a Cristina Kirchner durante la campaña de 2017…

—Sí.

—Y no sé si últimamente también. En la de 2017, contaste en este mismo reportaje largo que viste a una mujer distinta. ¿Cómo la ves hoy?

—La veo seguramente evaluando y reflexionando sobre todas las cosas que han ocurrido en la política, en la vida (que es más importante que la política) y seguramente haciendo un análisis profundo. Estará confiada de esta decisión que tomó.

—¿En lo personal?

—Mirá, yo busco humanizar la política y ponerme en el lugar del otro. Cuando uno tiene problemas  )en el caso de ella con la hija, un problema de salud del que no tengo ninguna duda) esto le ocupa el tiempo a uno. En lo emocional, es un tema central. Imagino la vida de esa chica, con su madre lejos, perdió a su padre. Muy complejo, el tema. Sí que lo comprendo.

—¿Cómo te imaginás a Cristina Kirchner el año que viene?

—No sé.

Daniel Scioli 05312019

—Dejame ponerlo de otra manera: que en realidad, sabiendo la complejidad que tiene a quien le toque gobernar en el próximo ciclo, ella no quiera ser presidente y no pueda satisfacer en ese cargo las expectativas que tiene la gente de volver a tener lo que tuvo en el momento en que ella ejerció (ese recuerdo que vos decís de esos bienes conseguidos) y por lo tanto coloque a Alberto Fernández con el objetivo de ganar en primera vuelta y perder en segunda, pero como en primera vuelta se deciden los legisladores, lograr la mayor cantidad de legisladores y quedar como jefa de la oposición. ¿Esto te parece inverosímil o plausible?

—Puede ocurrir, pero también creo que el eje opositor se va a correr a otro lado si no sale airosa. Creo que es también es el gran desafío de todo el peronismo. La democracia se nutre de la alternativa y creo que la alternativa va a pasar por otro lado en caso de que pierda ella.

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