La mañana del sábado 18 de julio una "bala perdida" acabó con la vida de Marcela Díaz en la puerta de su humilde casa en el Núcleo Habitacional Transitorio en el barrio de Villa Lugano. La mujer de 36 años había denunciado los negocios del puntero de la zona con Sueños Compartidos, el proyecto de viviendas e inclusión social más ambicioso del kirchnerismo, a la comisaría 48 y a los vendedores de droga.
Su asesinato, tenga o no relación con sus denuncias, confirma la insensibilidad gobernante y la farsa de un relato que se cansa de asegurar que el Estado está más presente que nunca. La avenida Eva Perón, a la altura del monumento al olvido que es el Elefante Blanco, fue tierra de nadie, antes, durante y después de la extraña muerte de Marcela.
Los vecinos no encontraron respuestas de la Policía Federal, la fiscalía se movió mal y tarde y el asistencialismo que aflora en épocas de elecciones, miró para otro lado. Punteros como Rubén "Pocho" Brizuela que temen de las nuevas generaciones de delincuentes que se formaron en la "década ganada", integrantes de las fuerzas de seguridad que son parte del problema y no de la solución y una Presidenta más preocupada por degustar un chocolate que por los pobres.
Marcela Díaz no debería haber continuado en el barrio en el que denunció la corrupción imperante y donde sufrió varios tiroteos. El Estado ausente no la protegió. En la Argentina ser testigo de un ilícito te coloca el cartel de perseguido. La denuncia; en un blanco móvil. Se suele decir que el narcotráfico no se cobra la cantidad de víctimas que en países como México.
Es cierto. Como también que en la tierra azteca existe un periodismo que denuncia con nombre y apellido a los integrantes de los carteles. En estas horas, un testigo clave de la causa "Manzanas Blancas" que involucra a parte de los servicios de inteligencia y la aduana con los narcos, teme por su vida. Se trata de Bernabé Moschella que sobrevive en la cárcel de Devoto. Misma prisión en la que hace poco apareció "ahorcado" un ciudadano español, Daniel Herrera Zarzosa.
El hombre estaba por contar todo lo que sabía. El extraño suicidio se produjo con sus pies apoyados en el piso de su celda y los investigadores creen que la carta que le dejó a su familia como mensaje de despedida no la escribió él. Zarzosa estaba detenido por el envío de más de 300 kilos de cocaína a Europa en cajas de palos de esquíes.
"A Juan Carlos Rodríguez lo dejaron morir" aseguró a Perfil.com Rosario Escalante, esposa del despachante de aduanas de Barranqueras en El Chaco y protagonista de otra causa emblemática de narcotráfico, "Carbón Blanco". Rodríguez era titular de la firma Carbón Vegetal del Litoral y sabía demasiado. Murió detenido en Sáenz Peña sin sentencia firme.
Perfil.com entrevistó, en exclusiva, a Marcela Giudice, ex pareja del hijo del boxeador Ringo Bonavena. La mujer relató su drama personal en el que se mezcla la violencia psicológica y física con denuncias en la justicia incluidas. Recién, semanas después de la difusión del caso, la policía le envío un custodio para que vigile la cuadra de su casa en la ciudad de Buenos Aires.
Mientras tanto, la familia de Marcela Díaz sigue pidiendo justicia.
(*) Especial para Perfil.com. En Twitter: @luisgasulla.