La caída del contrato entre San Juan y una empresa intermediaria alemana para adquirir 1 millón de dosis de la vacuna Sputnik V a 18 millones de euros, sacó a la luz una cadena de polémicos intermediarios y las reglas del juego de un negocio nacido al calor de la pandemia y sus dramas. La investigación de Perfil.com, en base a fuentes y documentos irrefutables, no tardó en generar repercusiones, tanto en el plano local como en el internacional. El Fondo Ruso y el Instituto Gamaleya aseguraron que la información sobre este contrato específico es falsa y que no hay terceros autorizados para realizar esta negociación. De allí se desprende que el laboratorio “Pharmastandard”, uno de los fabricantes rusos de Sputnik V, no debería haber podido realizar la contratación con dicha provincia argentina, menos aún a través de otro intermediario como la petrolera alemana “RuL AG” que firmó los acuerdos con San Juan y no llegó a cumplirlos. Los organismos oficiales de la Federación Rusa fueron categóricos: “El RDIF, el Centro Gamaleya y sus socios nunca han realizado acuerdos con el gobierno de esta provincia ni han autorizado a terceros a realizar dichos acuerdos. La adquisición de la vacuna Sputnik V para Argentina se realiza únicamente a través del Gobierno de Argentina”.
¿Acuerdos similares?
A través de estas declaraciones, ambas entidades se desligaron de la venta frustrada. Sin embargo, según una investigación realizada por The Moscow Times, habría por lo menos otro acuerdo entre el Fondo Ruso de Inversión Directa y Aurugulf Health Investments, una empresa con sede en Abu Dhabi creada a finales del año pasado con estrechos vínculos con la realeza de los Emiratos Árabes. El RDIF concedió a Aurugulf los derechos exclusivos para vender y distribuir su vacuna insignia Sputnik V en países de todo el mundo, según revelan los documentos, y el jeque Ahmed Dalmook al-Maktoum. Un miembro de la realeza de Dubai de bajo rango habría actuado como principal negociador.
Esa intermediación habría servido para que países africanos, latinoamericanos y asiáticos contrataran la compra de vacunas. El gobierno de Ghana habría pagado 19 dólares por dosis. El de Guyana, 24 dólares. Y un proveedor privado de Pakistán, llamado “AGP”, 22,50 dólares. Es decir, hasta un 150% más del precio oficial de 9,90 dólares, corridos por la urgencia de tener las inoculaciones. Esos precios están en línea con los que figuran en los documentos firmados por las autoridades sanjuaninas con la empresa alemana “RuL AG”, a través de dos operadores españoles. De haber sido como señala la investigación de The Moscow Times, ninguno de estos países negoció directamente con el Estado de Rusia, sino que fueron derivados a una empresa intermediaria.
Sin embargo, pagar un precio más caro por las dosis tampoco les aseguró recibirlas en tiempo y forma. Mientras Rusia se esfuerza por aumentar la producción, los acuerdos de Aurugulf también se vieron afectados en más casos: Líbano, por ejemplo, sólo recibió 80.000 del más de millón de dosis que le prometieron para agosto.
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Poco rastro de RuL AG
La empresa alemana parece trabajar del mismo modo, es decir, a través de cadena de intermediarios. Vale decir que poco rastro hay de ella y de sus contratos materializados en lo que a venta de vacunas respecta. “RuL AG” se presenta como una compañía dedicada al comercio de petróleo, gas y energía. Ante la consulta de cómo una entidad es este tipo termina vendiendo vacunas, fueron sus agentes españoles, Javier Palma y Rogelio Rengel Ros, quienes explicaron a Perfil.com que “forma parte de un conglomerado más grande que tiene una división farmacéutica”. El hombre fuerte de dicha compañía es Herrn Stephan Guth, residente de Leipzig, quien firma los documentos a los que este medio tuvo acceso. Este alemán de 39 años figura como presidente de la firma. También es vicepresidente del club de fútbol FC Lokomotive Leipzig, Director General de Nova Lipsia GmbH –empresa dedicada al marketing y la comercialización– y Director General de PHC Torpedo Leipzig GmbH, dedicada a la promoción de hockey sobre hielo en su ciudad. Desde este medio, se lo contactó en reiteradas oportunidades, pero no respondió.
Todas estas empresas tienen una presencia muy limitada en Internet y pocos o ningún otro consejero, según North Data, una empresa de investigación del sector empresarial alemán. Tanto RuL AG como PHC Torpedo compartían un tal Stefan Lindner en sus consejos de administración antes de que Guth se hiciera cargo. En un artículo publicado en 2011 en Bild, uno de los periódicos sensacionalistas más importantes de Alemania, Lindner reveló que pretendía llevar al equipo local de Leipzig, el Icefighters, a la división de élite del hockey sobre hielo en Rusia, la Kontinental Hockey League. "Se dice que tiene excelentes contactos con el gobierno ruso y con la alta dirección del gigante energético Gazprom", señala el artículo, que revela que dirigió la empresa de comercio de petróleo TRI Holding AG y que está casado con Olga, su esposa rusa. No está claro si Lindner está involucrado en este acuerdo, pero está claro que ha tenido algún nivel de relación con Guth.
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El único antecedente de esta empresa en la materia que pudo verificar Perfil.com se dio con Paraguay. En abril de este año, el vicepresidente Hugo Velázquez gestionó la compra de 7.500.000 Sputnik V ante la empresa alemana. Sin embargo, desde Asunción expresaron que la negociación no prosperó porque tanto la cotización como los gastos de envío resultaron muy elevados.
Provincias sin éxito
Por lo visto, quienes suponían que salir a buscar vacunas desde las provincias era una solución fácil para la escasez y las demoras, no tenían idea de lo que estaban diciendo. Al caso San Juan, se sumaron otros. El 4 de junio, la provincia de Buenos Aires anunció un acuerdo para comparar 10 millones de vacunas Covaxin. El Gobierno porteño y Mendoza avanzaron en conversaciones con CanSino, la primera por 1 millón de dosis y la segunda por 600.000. También Salta gestionaba con Johnson & Johnson (1 millón de inoculaciones), y Jujuy, por su parte, para traer 1 millón de Sinopharm. Hasta el momento, ninguna provincia logró que esas operaciones se materializaran.
La falta de vacunas rusas es un tema que azota fuertemente a Argentina. Desde junio los reclamos se hacen más y más fuertes por la falta del segundo componente de Sputnik V. Incluso, en las redes sociales, se hizo frecuente leer quejas de los usuarios por la cancelación de sus turnos para las segundas dosis, y otros, aún esperan que llegue el aviso cuando están próximos a los 3 meses de tiempo estipulado. Esta semana, el Gobierno porteño dará a conocer los resultados de un estudio en que se combinaron dosis de la occidental AstraZeneca y la china Sinopharm para ciudadanos vacunados por primera vez con el producto ruso.
En el medio de las críticas al oficialismo, se conoció un mail con que Cecilia Nicolini, asesora en materia de salud del presidente Alberto Fernández, reclamaba "urgentemente" la llegada de segundas dosis y cuestionaba los plazos de los rusos para la aprobación de la producción local de la vacuna, a cargo del laboratorio Richmond. Además, se manifestó sobre supuestos intentos rusos de modificar los términos del acuerdo inicial firmado con el Gobierno argentino. Incluso se baraja la posibilidad de dar de baja el acuerdo contraído con el Fondo Ruso.
Otros países se encuentran en similar situación, y ya se concretó la primera cancelación del acuerdo con el Estado ruso. El presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, puso punto final a las tratativas el 27 de julio. El mandatario dijo en una rueda de prensa que su gobierno renegoció el contrato y que ya no comprarán las 8 millones de dosis rusas adicionales como estaba previsto en el convenio original. Esta cantidad equivale al 50% de lo que el país tenía previsto gastar en vacunación. Al momento de esta recisión, sólo habían recibido 550.000 dosis.
Perfil.com consultó a las más altas autoridades argentinas sobre el Caso San Juan y otros similares que se pudieran haber producido a partir de que el Gobierno nacional autorizó a las provincias a buscar vacunas por cuenta propia. “A nosotros han llegado muchos intermediarios, todos de procedencia dudosa y con precios altísimos que duplicaban o triplicaban el precio estándar. En relación a San Juan, nos consultaron y les informamos que el Fondo Ruso no autorizaba a terceros, que sólo negociaban estado-estado y que nadie podía garantizar que las vacunas llegaran ni que no fueran truchas. Pero la provincia tenía una propuesta que veía muy buena, legítima y avanzó. Nosotros, de todos modos, siempre estuvimos a disposición para colaborar”, señalaron en off. Al preguntarles por la caída del contrato de la provincia cuyana y la espera a que los 18 millones de euros retornaran a la jurisdicción, manifestaron “no estamos muy al tanto de la situación y es algo de ellos que deben solucionar. Si nosotros podemos ayudar en algo lo haremos, pero fue algo que negoció directamente la provincia. Ojala esto no genere prejuicios en sus arcas”.
Altas fuentes de presidencia a la que el medio tuvo acceso confirmaron que “RuL AG” como muchísimos otros intermediarios se acercaron ofreciendo vacunas en tiempos bastante raros y con disponibilidades que generaban muchas dudas. “Obviamente uno escucha a todos porque en una situación de pandemia y con tanta necesidad de vacunas, toda propuesta que viene se la estudia y analiza. Incluso aquí a Nación nos han llegado muchísimas propuestas de este tipo, pero pasan dos cosas. Por un lado, nuestros interlocutores siempre fueron los estados o las farmacéuticas. Por otro, cada vez que aparecían los intermediarios u otras propuestas, nosotros íbamos con nombre y apellido al Fondo Directo de Rusia, a Sinopharm, o al que fuera a consultarlos; y la respuesta siempre era la misma, que no trabajaban con intermediarios y que su prioridad número uno era negociar directo con los Estados Nacionales. Cualquier oferta por fuera no la podían respaldar ni garantizar”, finalizó.
Esta es la cuarta nota de investigación sobre el complejo mundo de la compra de vacunas en un contexto de escasez y pandemia global. Podes leer la primera, la segunda y la tercera nota.