Al ganar la gobernación en 2015, María Eugenia Vidal ya había decidido que no se mudaría a la residencia que los gobernadores ocupan en la ciudad de La Plata. La decisión tuvo que ver con sus hijos, ya que prefirió mantener la misma rutina en Morón y no cambiarlos de la escuela a la que asistieron desde el jardín de infantes.
Sin embargo, este año, con un fuerte conflicto docente que recién está llegando a su fin, la gobernadora evalúa el cambio de institución a donde asisten sus hijos (Crear y Ser). “María Eugenia pasó por un clima de mucha violencia y agresividad en la propia institución de los hijos”, contaron en el entorno de Vidal.
Esto llevó a la mandataria y a su ex marido e intendente de Morón, Ramiro Tagliaferro, a tener entrevistas con los directivos de cuatro escuelas privadas del distrito. En las mismas, Vidal preguntó sobre la posibilidad de que conseguir vacante para el año próximo para sus tres hijos, Camila, María José y Pedro. Uno de esos colegios, fue el Emaús de El Palomar. La posibilidad de que vayan a ese colegio se evaluó con la posibilidad de mudarse de la Base Aérea de Morón a la Base Aérea de El Palomar, pero esto último quedó descartado.
La consulta a otras instituciones comenzó después de que el primer día de clases, en marzo, un grupo de docentes y padres -a los que en el gobierno bonaerense identificaron con la militancia de Nuevo Encuentro (el partido de Martín Sabbatella)-, colgaron distintos afiches en el colegio en donde mostraban su “apoyo a la lucha docente”. Advertidos de que esto podría pasar, ni Vidal ni Tagliaferro, ni sus tres hijos fueron al primer día de clases.
Este no fue el primer enojo de Vidal con la institución, ya que el año pasado un grupo de padres le envió una carta a la directora en repudio a la decisión de Tagliaferro de hacer el acto del día de la Promesa de la Bandera en la Base Militar de Morón, en donde hay un ex centro clandestino de detención de la última dictadura militar.
“Vidal no estaba cómoda con lo que estaba sucediendo en la escuela y los directivos no hacían nada para frenar la agresión”, detallaron cerca de la gobernadora sobre la decisión de buscar un nuevo colegio. Los primeros en oponerse al cambio fueron los tres hijos, por lo que la gobernadora ahora define con ellos cómo continuar. “En cualquier decisión que tomen María Eugenia y Ramiro, la opinión de los chicos es importante y pesa mucho. Los chicos están muy bien en el colegio, fueron siempre al mismo y todos sus amigos son de allí”, explicaron desde el círculo íntimo de la mandataria. La gobernadora se reunió una sola vez con cada director de las cuatro escuelas que visitó y prometió dar una respuesta en las próximas semanas en caso de que necesite tres vacantes en alguno de ellos.
