El aire de mar que otorga la residencia oficial de la Provincia en Chapadmalal es una de sus actividades preferidas. Leyendo un libro (solía leer de a dos a la vez) o simplemente compartiendo el día con sus tres hijos en la playa, María Eugenia Vidal encarará 2019 con una decisión clave en febrero: desdoblar, o no, las elecciones locales de las nacionales.
Ese dilema tiene, hasta ahora, opiniones a favor y en contra. Uno de los que viene expresando su negativa es Marcos Peña, el jefe de Gabinete, quien, a pesar de ello, en una de las últimas cenas de fin de año con los radicales deslizó que era “una posibilidad” y no lo descartó de plano como en un primer momento cuando surgió la idea.
El jefe de gabinete bonaerense, Federico Salvai, y el presidente de la Cámara de Diputados provincial, Manuel Mosca, se inclinan por avanzar con el debate por el desdoblamiento siempre y cuando sea aprobado por la Rosada. En término vidalísticos: no habrá cronograma electoral bonaerense sin el acuerdo de Mauricio Macri. Pero el reloj corre y en el primer trimestre deberá tomar una decisión.
Fin de año. De todos modos, concluye un año “muy duro”, según sus propias palabras, para la gobernadora. En la última reunión de su gabinete, los ministros bonaerenses se sorprendieron: tuvieron que dejar sus celulares y estuvieron casi cuatro horas con ella. “No habría podido pasar este año sin ustedes”, les dijo Vidal y les obsequió, uno por uno, una foto enmarcada de ella posando con cada uno. La mayoría ya acomodó el regalo en su despacho oficial.
El fin de año encontró a la gobernadora exhausta pero feliz. En su evaluación personalísima –que incluyó un Power Point con sus objetivos en enero de 2018 refrendados con los últimos datos de la gestión– sintió que la “línea dura” de las áreas sociales funcionó. Al menos no estalló la crisis social en diciembre ni hubo un clima complejo para las fiestas.
El viernes pasado presentó las playas públicas y gratuitas, con servicios y actividades culturales, que organizó el secretario general, Fabián Perechodnik, y que estarán en Mar del Plata, Mar de Ajó y Necochea, a los que sumarán los descuentos del 30% al 50% del Bapro. Ese día la subsecretaria de Turismo, Martina Pikielny, eligió el mismo vestido que la gobernadora para el anuncio. Al menos no estaba al lado de ella en las fotos oficiales.
El fin de año también encontró a Vidal muy risueña, un viernes atrás, en el cumpleaños de su amigo Perechodnik, quien cantó al ritmo de Los Totora. El intendente de La Plata, Julio Garro, se tentó con los timbales mientras se podía ver a algunos de los empresarios más trascendentes del círculo rojo hablar animadamente.
Aunque uno de los datos sorprendentes es que, contenedora, Vidal no eliminó del chat de Telegram (gabinete PBA) de ministros a María Fernanda Inza, la ex secretaria de Legal y Técnica que tuvo que dejar su cargo cuando surgió la causa de los aportantes truchos. De todas formas, no suele estar muy activa en los diálogos.
Paralelamente, la gobernadora no tiene intenciones de cambiar su staff ministerial. Para un hipotético segundo mandato sí. Y sumará al menos una mujer. Ya están anotadas Pilar Molina, hoy viceministra de Desarrollo Social, y también la senadora provincial Daniela Reich, esposa de Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero.
Por ahora solo hay enroques de dependencias: insaciable en su afán de sumar, Joaquín de la Torre (Gobierno) se anexó el área que regula los countries de la Provincia, que ocupaba Dante Galeazzi, yerno del creador de Nordelta, Eduardo Costantini.
De todas maneras, la mandataria arrancará el año con sus tres hijos y sus padres, José Luis y Norma (abuelos full time). “Necesito descansar”, repitió en los últimos días. La espera un 2019 que la tendrá como una de las figuras centrales.