La vicepresidenta Victoria Villarruel tomó una decisión. Mantener silencio y desescalar el conflicto institucional que se desató tras los dichos de Javier Milei que la señalaron cercana “a la casta” y al “círculo rojo”. Las peleas entre presidentes y vices es una larga tradición argentina. El gobierno libertario no es la excepción.
Villarruel cree que las críticas son “injustas”; que los movimientos que desplegó al frente de la Cámara alta no las ameritan. Por eso mismo “duelen” los dichos del Presidente. Además, Villarruel afirma no ser “Cobos” y sostiene que jugó siempre a favor de la voluntad de Milei.
La titular del Senado fue la anfitriona el miércoles, cuando el jefe de Gabinete desembarcó para dar el tradicional informe de gestión. Ambos se mostraron sonrientes. Fue el primer gesto de distensión entre la Casa Rosada y Victoria, luego de los dichos de Milei. Hubo conversaciones sobre la posibilidad de convocar a extraordinarias, pero en tono informal, sin avances concretos.
La primera señal de Victoria Villarruel para recomponer la relacion con Javier Milei
En el entorno de la vice explican que nunca estuvo en evaluación emitir un comunicado de respuesta. Versión que circuló fuertemente. Lo que no descartan es tener que salir a sentar posición o a realizar algún tipo de aclaración, siempre que la ocasión lo amerite.
De esa manera, la vicepresidenta inició un “juego de gestos” que tiene una sola finalidad: descomprimir. Es que Villarruel entiende que siempre fue la “pata institucional” en la fórmula que Milei encabezó en 2023.
Victoria tuvo a su vez otro gesto de paz: quitó el “tuit fijado” que tuvo durante meses en el que criticaba a Francia por “colonialistas” y que motivó la intervención de Karina Milei ante el embajador francés en Argentina.
La vicepresidenta tiene una restricción para con su equipo de trabajo. Nadie puede meterse en sus redes sociales. Incluso Victoria carece de community manager, ella misma maneja sus redes. Es por ello que suele bromear con su entorno y decir que “debería cobrar más” por realizar la doble función.
Pese a los esfuerzos de Victoria, ayer, las calles cercanas al Congreso amanecieron empapeladas con carteles en los que se veía la leyenda “Victoria Conducción”, firmados por el Movimiento Nacional Justicialista y por la Agrupación José Ignacio Rucci.
Cerca de la vice explicaron que no hay vinculación alguna con lo ocurrido, y se los atribuyeron a una “parte rancia” de la política, aunque no dieron nombres ni hicieron ningún señalamiento. La propia Claudia Rucci (quien hoy tiene un rol institucional en el Senado) indicó que la pegatina no tiene ningún vínculo con ella o con Villarruel.
Ayer por la tarde se pudieron ver imágenes de militantes de la agrupación La Derecha Argentina, referenciados en Villarruel, despegando los carteles cercanos al Congreso. Todos los gestos de Victoria no evitaron las renovadas críticas de Lilia Lemoine, quien mantiene una disputa personal con la vice en redes: “Con cosplay de gaucho lanza su candidatura la domadora de bombillas junto a la agrupación de su mano derecha, Claudia Rucci”, lanzó la diputada y peinadora de Milei.
Victoria Villarruel: todavía hay tiempo para armar
Victoria Villarruel no se resigna. Sabe que tiene por delante una tarea difícil. Sin embargo, no cree que esté todo perdido en materia electoral y aspira a tallar el año próximo. “Falta mucho”, explican cerca de ella. Una manera de graficar que las decisiones electorales llegarán recién a mediados del año próximo y que todavía hay tiempo para recomponer la relación con el presidente Javier Milei, sobre todo, si se logra descomprimir, tal como ella viene intentando.
Con todo, cerca de la vicepresidenta descartan estar armando un espacio político junto al senador formoseño Francisco Paoltroni. Sin embargo, fue el propio legislador quien sugirió que estaban trabajando juntos para ello.
También está instalada la idea de que Claudia Rucci, del Observatorio de DD.HH. del Senado, podría estar armando un espacio. Sin embargo, ello también fue desmentido.
En la Casa Rosada persiste la desconfianza con Victoria. Uno de los movimientos que peor cayeron en el entorno presidencial fueron las conversaciones que Villarruel mantuvo con Mauricio Macri. Movimientos leídos en clave electoral, claro.
Sin embargo, los carteles que aparecieron ayer en la Ciudad con la leyenda de “Victoria conducción” motivaron la indiferencia de la Casa de Gobierno y un desinterés, que hace difícil imaginar que la relación logre recomponerse.
LT