Hace 30 años Andrés Calamaro desembarcaba en Madrid para formar un grupo con Ariel Rot -hermano de Cecilia-, Julián Infante y Germán Vilella. Los Rodriguez fueron sin dudas una de las bandas más populares durante la década de 1990 en España y por ese motivo, tres décadas más tarde, la presentación de la biografía Sol y sombra genera una gran alegría entre los fans.
La presentación oficial se realizó en la sede central de la Sociedad General de Autores y Escritores en España. Allí estuvieron los integrantes de la banda para recordar algunos momentos claves de su historia. “Sin documentos, el tercer álbum de Los Rodríguez, fue un disco que cambió muchas cosas. De ahí en adelante, como decía Janis Joplin, hicimos el amor con 25.000 personas y volvimos solos a casa", comentó entre risas Calamaro.
Durante la conversación también hubo momentos para reflexionar sobre algunas cuestiones que no pudieron lograr. Una de ellas, por ejemplo, la realización de shows en Latinoamérica. "No se dieron las condiciones para poder hacer giras por toda Latinoamérica. Hubiéramos gustado muchísimo en Colombia, México o Perú. Afortunadamente pudimos tocar en Argentina, de locales", señaló el artista.
La biografía Sol y sombra fue llevada a cabo por los críticos de música Kike Babas y Kike Turrón. El libro cuenta con 320 páginas donde además de texto se pueden encontrar más de 250 fotografías que recorren los seis años que la banda estuvo activa. También hay decenas de entrevistas realizadas a distintas personas que estuvieron cerca de ellos y que los acompañaron durante aquellos años.
Para finalizar tanto Calamaro como Rot recordaron los primeros momentos de Los Rodríguez. "Teníamos casi 30 años y empezamos un grupo de cero en esa época tan bonita en Madrid. Empezamos sin ninguna canción. No sabíamos qué iba a ser de los 90, pero los años 70 y 80 fueron para nosotros nuestra adolescencia y los años en los que empezamos a ser músicos", explicó Calamaro. Y Rot agregó para concluir: "Vivimos lo que otros grupos no han vivido en diez años o nunca. Dejábamos de hablarnos durante dos horas por un acorde, seis años así es suficiente".
MC