PROTAGONISTAS
Un drama que cotiza

China Suárez vs. Wanda Nara: pelea que sirve para facturar

Mientras Wanda disparó sobre la actriz que alteró su matrimonio con Mauro Icardi, también aprovechó la atención mediática para publicitar su línea de cosméticos.

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Ellas. China Suárez está en Madrid por trabajo y desde allí intercambió mensajes con Icardi. Enterada, Wanda dejó París por Milán y relató los hechos. | cedoc

Un comunicador especialista en cuestiones de farándula sentenció: Wanda Nara nos marca la agenda”. También podría decirse, sin dudar, que la facilita. En un escenario mediático donde lo que se publica en redes apenas pasa un filtro de rechequeo, se toman por ciertas supuestas informaciones que se reciben de gente de dudosa existencia y fiabilidad: lo que hicieron esta semana tanto Wanda Nara como China Suárez no solo marca la agenda sino que la maneja. Por un lado, eliminaron la figura de vocero de prensa; por otro, entregaron material en primera persona a través de sus redes sociales y así democratizaron la información. Es decir, pusieron en plano de igualdad a conductores de programas de chimentos con cargadores de información en la web, sin firma. 

Disparen sobre China. A los posteos e historias de Wanda Nara y China Suárez, el resto fue –y sigue siendo– una sumatoria de comentarios en base a suposiciones, rencores acumulados, deseos insatisfechos y hasta prejuicios. Pareciera que, en un convulsionado siglo XXI, ese avance de fascismo que se da en otro plano más peligroso se coló en este entuerto entre dos mujeres con cuestiones básicas más que resueltas, poniendo en la pira a la más joven –China Suárez–, que buscó la concreción de un deseo básico: estar con un hombre de su misma edad que, ella dice, le habilitó el flirteo con matrimonio en camino de separación. Esa osadía habilitó a fieras mediáticas a arroparse de talibanes con derecho a castigar la “amoralidad” del goce. Y usar el dedito tuitear y hacer “unfollow” –en redes– a la “pérfida”. Al menos en el perfil oficial, el paralelo lo conservan activo. A China Suárez le facturan su pasado amoroso, es decir, Nicolás Cabré y Benjamín Vicuña, como si ambos hubieran sido dos inútiles seducidos por el embrujo irresistible de una sacerdotisa poderosa. Una que esta vez aplicó a distancia una pócima que nubló a Mauro Icardi a punto tal que arriesgó una familia numerosa. 

Confirman la frase que le habría dicho Mauro Icardi a la China Suárez para empezar su relación
 

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Lamento y cash. Mientras tanto, Wanda Nara facturaba. Al tiempo que aseguraba por audio de WhatsApp estar “sufriendo un infierno”, en sus redes sociales continuaba con su rol de empresaria. Las historias mostrando su línea de maquillaje no frenaron. Cajas con su imagen que alcanzan los $ 5 mil, y otros productos más que van de los $ 1.500 a los $ 2 mil no dejaron de aparecer en ningún momento. Como tampoco lo hicieron las marcas de indumentaria que pagan para que ella sea su “embajadora”. Además, mientras insultaba y maldecía en Twitter e Instagram, sus seguidores aumentaban. De casi ocho millones pasaron a más de nueve, y las visualizaciones de las historias superaron con facilidad los siete millones de vistas. Cifras que harían emocionar hasta las lágrimas de alegría a cualquier influencer o directivo de marketing en un presente marcado por lo digital. No, Wanda no dejó de facturar en ningún momento. Ni al enterarse de la supuesta infidelidad ni al escaparse en un jet privado a Milán y, mucho menos, de regreso a París. Puede gustar o no, pero su mejor faceta es la empresarial porque, como ha demostrado en varias ocasiones, negocios son negocios. Nadie sabe bien cómo será el nuevo capítulo de esta historia. Todo puede pasar entre Wanda, Icardi, China Suárez y algún personaje más que ande circulando. Sin embargo, mientras toda la platea asiste a este vodevil al ritmo que –sobre todo– Wanda marca, la mediática mujer de Icardi hace de una situación dolorosa un producto cotizable.