Mientras los protagonistas de este divorcio se mantienen en silencio, los rumores se cuelan para mostrar un escenario donde la infanta Cristina sería víctima de las condiciones de Iñaki Urdangarín. Y esto pone en peligro la firma del acuerdo y la disolución del matrimonio.
Más que un divorcio, la corona española protagoniza una "fría venganza".
El bautizado en su momento como “el yerno dorado” del entonces de rey Juan Carlos I, pasó a tener un imagen en sepia –casualmente– como en la que se convirtió su suegro después de que se descubrieran sus cuentas en Suiza y demás acciones delictivas. Iñaki Urdangarín y la infanta Cristina se separaron en enero de 2022, cuando se publicaron fotos del ex jugador olímpico con Ainhoa Armentia, una abogada que integraba el equipo legal que representaba al ex yerno de Juan Carlos I por el Caso Noos. El próximo 5 de junio, la hija del emérito y su ex marido tienen fecha –según Europa Press– para sellar el acuerdo de divorcio que incluye la disolución del matrimonio.
Pero en un histórico programa de televisión de España que conduce un periodista pro-monárquica se informó que surgieron complicaciones de último momento y que el acuerdo de divorcio podría no firmarse el 5 de junio próximo como estaba previsto. El motivo, quizá el único que en todo divorcio de este tipo puede obstaculizar el adiós legal y “disolutivo” a un matrimonio de veinticinco años: cuestiones económicas. Y es aquí donde la mencionada periodista pro-monárquica ubica a Iñaki Urdangarín como responsable.
Según se explica en Europa Press, “la ley española establece que al ser la parte perjudicada por no tener trabajo ni ingresos de ningún tipo y siendo a dos de los cuatro hijos del ex matrimonio dependientes económicamente, Iñaki Urdangarín tendría que percibir una asignación o algo tipo de compensación económica por parte de la infanta Cristina”.
A esta situación –según el programa televisivo– se sumaría que Urdangarín no tendría intenciones de dejar su alto nivel de vida que, entre otras cosas, incluiría viajes con su actual novia –Ainhoa Armentia– a Baqueira (centro de esquí español elegido por la corona borbónica), o a Palma de Mallorca. Y la infanta Cristina se negaría a costear esas exigencias y sumar a las que ya realiza: todos los gastos relacionados con los cuatro hijos que tuvo con Urdangarín.
El as de espada que tendría Iñaki Urdangarín para conseguir todas sus demandas, es su precioso silencio. Es cierto que después de la conducta delictiva del ex rey Juan Carlos I pocas sorpresas puede deparar lo que pudiera decir el ex yerno dorado de los Borbones. Pero si Undangarín llegara a contar en un libro o en una entrevista exclusiva que la infanta Cristina debió también ser condenada –como él– por el caso Noos, y que su suegro estaba al tanto de todo, pero que él accedió a asumir toda la responsabilidad, la imagen de la corona española recibiría un nuevo cachetazo. Y ahora la situación es otra, los Borbones no cuentan con la protección mediática -léase censura a la prensa– que durante décadas gozaron.
Ante este escenario conflictivo entre la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín, si acuerdo y la disolución definitiva de este matrimonio de veintiocho años se realiza en Barcelona, Madrid o Ginebra, es tan solo un detalle geográfico.