En medio del escándalo, la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin "interrumpen su relación matrimonial"
La pareja, que se acercaba a los 25 años de matrimonio, confirmó que no continuará unida, salvo en relación a sus cuatro hijos. Esto ocurrió luego de que el medio Lecturas filtrara fotos de la nueva pareja de Urdangarin, Ainhoa Armentia.
Hay comunicado oficial. La infanta Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin decidieron "de común acuerdo, interrumpir su relación matrimonial", luego de que la semana pasada explotara el escándalo que vinculó al exduque de Palma con otra mujer, una llamada Ainhoa Armentia.
El matrimonio, que tiene cuatro hijos, comunicó esta noticia a la agencia EFE: "De común acuerdo, hemos decidido interrumpir nuestra relación matrimonial. El compromiso con nuestros hijos permanece intacto. Dado que es una decisión de ámbito privado, pedimos el máximo respeto a todos los que nos rodean. Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin", afirmaron.
Ambos decidieron "de común acuerdo, interrumpir su relación matrimonial".
Esta fue la respuesta, cinco días después de que el medio Lecturas publicara las imágenes de Urdangarin y Ainhoa Armentia, mujer con la que paseaba de la mano libremente por la playa francesa de Bidart; y lo más lejos posible de Cristina.
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Horas antes, cuando las fotos de la pareja circularon por cada rincón de España, Urdangarin solo se limitó a decir: "Las cosas pasan y lo vamos a gestionar de la mejor manera posible. Es una dificultad que gestionaremos con la máxima tranquilidad y juntos, como siempre hemos hecho".
Pero ahora, parece que ya no hay nada más para "gestionar" entre ellos.
Una historia de amor que duró un cuarto de siglo
La historia entre Cristina e Iñaki se remonta al año 1996, en el contexto de los Juegos Olímpicos de Atlanta.
A solo un año de conocerse en los Juegos Olímpicos de Atlanta en 1996, Cristina e Iñaki se vistieron de gala para casarse, incluso cuando al Rey Carlos no le convencía del todo la unión de su hija y el deportista de balonmano. De todos modos, el 4 de octubre de 1997, ambos se casaron. La pareja se mudó a Ciudad Condal, donde tuvo a sus cuatro hijos: Juan (22), Pablo (21), Miguel (19) e Irene (16).
En 2009, se mudaron a Washington debido a que Urdangarin fue nombrado presidente de la Comisión de Asuntos Públicos de Telefónica en Latinoamérica, pero no quedaba mucho para que iniciara el calvario.
Ambos vivieron sus primeros años de matrimonio en Ciudad Condal pero luego viajaron a Washington para instalarse allí.
En 2011, cuando el marido de la infanta Cristina resultó ser imputado por el caso Palma Arena, el que luego derivó en el caso Nóos, un proceso judicial que llevaría años y por el cual Iñaki fue condenado a cinco años y diez meses de prisión con acusaciones probadas judicialmente de falsedad de documento público, prevaricación y malversación de fondos. Por ese mismo caso tuvo que declarar y ser indagada la infanta, quien salió limpia, pero que a partir de allí se instaló en Suiza con sus hijos, bien alejada de todo lo que tuviera que ver con su esposo.
A otra de las cosas que se tuvo que enfrentar la infanta fue a la decisión de su hermano Felipe VI de retirarle el título de duquesa de Palma en el año 2015, lo que culminó en el alejamiento definitivo entre ambos.
La infanta Cristina declara por el caso Nóos, del que sale absuelta.
A partir de allí, la separación física entre ambos se hizo evidente. La infanta Cristina se refugió en Suiza con sus cuatro hijos, él tuvo que cumplir condena.
Sin embargo, aunque esto significó un momento duro para la infanta y su familia, las cosas mejoraron para Urdangarin, quien se trasladó a Vitoria, con una libertad condicional. El ex duque reside en la casa de su madre, y desde allí se dirige todos los días a un bufet de abogados, en donde habría conocido a la mujer con la que ahora mantiene una relación amorosa, Ainhoa Armentia.
Ainhoa Armentia, la mujer con la que el ex duque de Palma se pasea por la calle.
De este modo, se cierra la historia de un matrimonio signado por escándalos y asuntos irregulares ante la justicia, cuando la separación era algo que parecía lejano e imposible en otro momento.
