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Thomas Piketty y el impuesto a las ganancias: "Argentina es una excepción"

Perfil.com publica en videofragmentos clave del reportaje de Fontevecchia al destacado intelectual de las ciencias sociales.

Thomas Piketty con Fontevecchia.
| Cedoc.

En su edición del domingo, el diario PERFIL publicó el reportaje que Jorge Fontevecchia le realizó a Thomas Piketty, el intelectual de las ciencias sociales más destacado mundialmente. El autor de El capital del siglo XXI habló, entre otros temas, de la “importancia del impuesto a las ganancias”, uno de los temas que más opiniones despierta en la actualidad en Argentina, por su implementación, por la cantidad de gente sobre la que se aplica, y por la diferencia que puede haber en este tributo con respecto a otros países.

En esta primera selección de una serie de fragmentos del reportaje, que Perfil.com publicará en video a lo largo de esta semana, el intelectual señala por qué “Argentina es una excepción muy original” por su impuesto a la riqueza.

A continuación se sintetiza su visión sobre este tema:

— J.F.: En la Argentina ya rige el impuesto a la riqueza –se llama Impuesto a los Bienes Personales– con una tasa bastante parecida a la que usted propone para combatir la desigualdad. Para más de medio millón de dólares de patrimonio, la tasa es 1,25% por año. La suya, en la mayoría de los casos, es más benigna: hasta un millón de euros no se paga; de uno a cinco millones, se paga el 1%, y por más de 5 millones de euros se paga el 2%. ¿Por qué aquí no logra lo que usted imagina que lograría para el mundo entero?

—T.P.: Una de las conclusiones más importantes de mi investigación histórica en desigualdad es que necesitamos una institución democrática más fuerte, una institución fiscal fuerte, pero además, instituciones sociales y educativas para mantener la desigualdad bajo control, para asegurar que las fuerzas poderosas del mercado y las fuerzas capitalistas puedan traer innovación y reglas, beneficiar a todos los grupos sociales y para que la distribución no sea muy extrema a largo plazo. Entonces, el impuesto progresivo a la riqueza es importante, pero eso es solamente una de las muchas herramientas políticas que necesitamos utilizar. La importancia del impuesto a las ganancias, o del impuesto progresivo y a la herencia es muy grande.

— J.F.: La Argentina tuvo impuesto a la herencia entre 1973 y 1976, y a partir de 2010 en la provincia de Buenos Aires.

—T.P.: La Argentina es una excepción muy original porque no existe un impuesto a la herencia, sino a la riqueza. Creo que necesitamos ambos. No existen impuestos a la riqueza en todos lados, pero existe al menos un impuesto a la propiedad. En los Estados Unidos o en la mayoría de los países europeos, existe un impuesto inmobiliario, o a la propiedad, que no es lo mismo que un impuesto a la riqueza total, pero se asemeja porque los bienes inmuebles representan una gran parte de la riqueza. Puedo asegurarle que la recaudación tributaria por impuestos a la propiedad en los Estados Unidos es mucho mayor que la recaudación en la Argentina por el impuesto a la riqueza. ¿Cuál es el problema con este impuesto en la Argentina? No valorar a todos los bienes muebles de la misma manera, así como los depósitos bancarios. Los inmuebles rurales se consideran aparte como valores de la propiedad, y el valor del bien inmueble no siempre coincide con el de mercado. Hay un montón de aspectos por mejorar, pero, en general, lo que quiero subrayar es que necesitamos un sistema social y fiscal balanceado, lo cual puede lograrse si se utilizan diferentes instrumentos financieros. En cuanto al impuesto a la herencia, es difícil tener únicamente a nivel regional, que es lo que sucede ahora en Buenos Aires. Debería ser efectivo a nivel nacional. En la Argentina, el sistema tributario es relativamente regresivo en el sentido de que los impuestos indirectos y al consumo representan más de la mitad, o el 60%, de la recaudación tributaria total, mientras que los impuestos directos y el impuesto progresivo a la ganancia y a la riqueza representan una pequeña parte de la recaudación tributaria total. Y no sólo en la Argentina. En Brasil existe un impuesto a la herencia, pero representa solo el 4%, mientras que todo el mundo tributa impuestos indirectos. La población pobre paga impuestos altísimos en Brasil cada vez que compra algo, y hay un impuesto del 30% para la factura de luz. Y si uno hereda millones, sólo es el 4%.

“La importancia del impuesto a las ganancias, o del impuesto progresivo y a la herencia es muy grande”

—J.F.: El impuesto a la riqueza no fue sancionado en la Argentina por un gobierno populista, sino por el gobierno que tuvo el ministro de Economía que promovía un capitalismo manchesteriano y que, en la década del 90, privatizó todas las empresas públicas e instauró la convertibilidad del peso con el dólar. Esta es otra curiosidad de la Argentina.

—T.P.: El impuesto a la ganancia ha sido defendido por grupos políticos muy diversos y gente muy heterogénea. No necesariamente muy de izquierda. Es importante darse cuenta de que, si vamos más allá de la izquierda y la derecha, y miramos la historia del sistema tributario, a la larga, a nivel mundial, siempre es una combinación del impuesto a las ganancias y a la renta, o al impuesto sobre el patrimonio de una u otra forma. Si nos remitimos a la historia, encontramos que parte del sistema tributario depende de gravar el flujo de ingresos, y parte del sistema tributario se sustenta en gravar las acciones y el capital. En el siglo XIX, el sistema tributario dependía fuertemente de gravar el stock de propiedades, el valor de la tierra, el valor de las propiedades, de bienes raíces. Existen buenas razones para tener un poco de ambos: impuestos sobre la riqueza y las propiedades. La gente con altos ingresos, o que posee gran riqueza, no es siempre exactamente la misma. Por supuesto, la tendencia a tener mayor riqueza se relaciona con el alto ingreso, pero no hay una correlación exacta. Existen algunas personas con ingresos muy altos, pero con riqueza prácticamente nula, entonces es una estructura social de desigualdad bidireccional. Por lo tanto, tiene sentido que el sistema tributario se valga de ambos indicadores para determinar la capacidad para contribuir al bien común. En Francia, un gran defensor del impuesto a los bienes personales fue, históricamente, Maurice Allais (N de R: economista y físico francés, ganador del Premio Nobel de Economía de 1988). Era muy, muy de derecha en muchos sentidos. El único impuesto que le gustaba era el de los bienes personales. Era muy extremista: quería deshacerse totalmente del impuesto a las ganancias y reemplazarlo completamente por el impuesto a los bienes personales. Tiene el máximo incentivo para hacer lo mejor que pueda con su patrimonio. Y si usted no sabe qué hacer con su riqueza, si está solamente sentado en su capital y no tiene ganancias, va a tener que vender parte de él para pagar sus impuestos cada año. Es mucho más sutil pensar el impuesto a los bienes personales en términos de equidad, pero también en términos de incentivos.