El tráfico de animales es un delito que alcanza a 135 especies silvestres, 20 están en peligro de extinción. Ocho de cada 10 ejemplares son autóctonos y solo uno de cada 10 sobrevive. Es el cuarto mercado negro mundial.
Monos, tucanes, papagayos, cardenales amarillos, lagartos overos, tortugas de tierra y el tatú son los preferidos para ser mascotas o piezas de colección.
Hay riesgos sanitarios en la manipulación, lo mismo con las especies decomisadas porque superan la capacidad para albergarlas. Muchas crías son separadas de sus madres de la peor manera.
Los rescates son dramáticos… animales dentro de bolsas, botellas, pajareras, jaulas pequeñas o cajas de cartón sin ventilación.
Muchos animales de la fauna argentina aparecen en Estados Unidos o Europa. Y se rescatan en Argentina especies que son de África o Asia entre otros continentes.
La sociedad y el Estado deben apoyar a las autoridades y centros de rehabilitación para erradicar este flagelo. Solo el 50% de los ejemplares rescatados son libres después de un período de adaptación.
