Casi cuatro meses después de que el mundo tuviera conocimiento del brote de una neumonía misteriosa provocada por un nuevo virus, su origen sigue siendo siendo desconocido. Hoy los científicos aseguran que es esencial entender cómo el coronavirus "invadió la especie humana" en pocos meses para encontrar la manera de enfrentarlo y creen, además, que la raza humana deberá tomar medidas draconianas si no quiere abrir las puertas a una próxima y más letal pandemia.
A finales de marzo, el presidente estadounidense Donald Trump y su homólogo chino Xi Jinping establecieron una tregua informal en la guerra verbal entre las dos grandes potencias sobre el origen de la enfermedad. Pero la tregua se rompió rápidamente. Ahora, la Casa Blanca, que acusa a las autoridades chinas de haber tardado en alertar sobre la epidemia, sospecha abiertamente que China ocultó un accidente de laboratorio que habría sido la causa de la pandemia. China lo desmiente.
En el plano científico, las grandes mentes del mundo consideran que el nuevo coronavirus SARS-Cov2, que causa la enfermedad conocida como Covid-19, surgió en una especie animal y se transmitió a los seres humanos. Sylvie Briand, a la cabeza de la gestión de los riesgos infecciosos en la Organización Mundial de la Salud, asegura que "es un virus de origen animal transmitido al hombre. Y, por lo tanto, hay que tratar de entender su adaptación para poder invadir la especie humana". Muchos piensan que el nuevo coronavirus puede haber nacido en el murciélago, pero los científicos creen que pasó por otra especie antes de transmitirse al hombre.
Desde el paciente cero surgido en el mercado de Wuhan (China), el número de personas infectadas está cerca de alcanzar los 5 millones y la cantidad de muertos a nivel global supera los 318.000.
De los animales a los humanos
"El virus se multiplicó en estos animales, se transformó poco a poco y, finalmente, dio lugar a una forma de virus" transmisible al hombre, subraya Briand, científica francesa que dirigió el programa de la OMS sobre la gripe H1N1 durante la pandemia en 2009. Por el momento, muchas incógnitas persisten, pero no hay dudas en el orbe científico de que los gobiernos del mundo deben tomar medidas para evitar el brote de nuevas enfermedades con orígenes en animales.
Según la Universidad de Columbia (EEUU), en las últimas décadas los seres humanos se vieron golpeados letalmente por el Sida (causado por un virus que saltó de los chimpancés a los humanos), el Ébola (murciélagos), la Fiebre de Lassa (roedores), la fiebre de Marburg (también de murciélagos), la enfermedad de Lyme (originada en ratones y transportada por garrapatas), el Zika (mosquitos), además de la gripe aviar, la gripe porcina.
Por último, en las primeras décadas del presente siglo surgieron tres nuevas enfermedades respiratorias graves causadas por virus de murciélagos: SARS, MERS y ahora Covid-19. "Caracterizo al murciélago como el mosquito del siglo XXI", dijo Gerald Keusch, de los Laboratorios Nacionales de Enfermedades Infecciosas Emergentes de la Universidad de Boston a CBS News. "Ha sido responsable de grandes epidemias, en este caso, una verdadera pandemia global".
Solo entre 1960 y 2004, surgieron 335 nuevas enfermedades infecciosas, la gran mayoría causadas por virus o bacterias que se propagan de animales a personas, según un estudio publicado en Nature.
"Un escenario probable es que el virus pasó de murciélagos a algunas especies de mamíferos, actualmente desconocidas a pesar de la especulación, y se extendió a los humanos", dijo Keusch a LiveScience. Este evento de propagación puede haber ocurrido antes de que el virus llegara al mercado de animales de Huanan, "que luego actuó como un escenario amplificador con muchas más infecciones que posteriormente se propagaron y el resto es historia", agregó.
Los ataques al medio ambiente, el avance del ser humano sobre las especies animales, la destrucción de sus hábitats y la sobrepoblación bien pueden ser el origen de estas epidemias. "A medida que las personas se mudan a hábitats previamente no desarrollados, los animales salvajes se apiñan en áreas más pequeñas y se mezclan más con las personas", dijo Marc Levy, experto en datos geoespaciales del Instituto de la Tierra de Columbia.
La invasión de hábitats
Simon Anthony, epidemiólogo de Columbia que estudia cómo se mueven los virus entre especies, cree que los humanos contraen estas infecciones de innumerables maneras: al comer la carne de animales salvajes, también llamada carne de animales silvestres; comiendo frutas o vegetales que han sido mordisqueados por roedores, murciélagos o pájaros infectados; bebiendo agua contaminada con orina o heces de animales infectados. El experto remarca incluso que la cría de ganado cerca de bosques también es un riesgo importante, dice, ya que los animales pueden contraer infecciones de especies salvajes y luego infectar a los humanos.
Anthony se refirió a la estigmatización de los murciélagos tras el brote del nuevo coronavirus: "Nuestro mensaje es: proteger a los murciélagos pero mantener la distancia", dice el epidemiólogo. "Sabemos que los murciélagos portan virus que pueden transmitirse a los humanos, pero también es importante recordar que cumplen funciones vitales en el ecosistema, polinizan las plantas y controlan las poblaciones de insectos". "Sin ellos, muchos de los alimentos que disfrutamos desaparecerían y las enfermedades transmitidas por insectos aumentarían", agrega.
W. Ian Lipkin, profesor de epidemiología de John Snow y director del Centro de Infección e Inmunidad de la Escuela de Salud Pública Mailman de Columbia, asegura que la demanda de animales exóticos entre los consumidores ricos (sea como mascotas, como comida o para su uso en la medicina tradicional) es una amenaza creciente para la salud pública.
Aunque Lipkin cree "casi con certeza" que el nuevo coronavirus se originó en murciélagos de herradura lejos de Wuhan -pero en la misma la provincia de Hubei-, tiene presente que el mercado de animales salvajes y mariscos de esa ciudad, considerado el epicentro del brote de Covid-19, atendía a una nutrida clientela de clase alta, que tiene predilección por la carne del pangolín.
La comunidad científica coincide en cree que fueron estos poco conocidos mamíferos los que se infectaron de los murciélagos y transmitieron el virus a los manipuladores de alimentos y a los clientes del mercado. Citado en un informe de la Universidad de Columbia, Lipkin dice que ahora está abierta la posibilidad de que el coronavirus salte a través de varias especies, ya que puede adquirir fragmentos de otros microbios en el camino y, por lo tanto, cambiar su comportamiento, lo que podría dar lugar en el futuro a una epidemia más peligrosa podría haber ocurrió.
“La comprensión detallada de cómo un virus animal saltó los límites de las especies para infectar a los humanos de manera productiva ayudará a prevenir futuros eventos zoonóticos”, aseguró Lipkin.
Tráfico y consumo de animales: factor decisivo
Chris Beyrer, epidemiólogo de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de Johns Hopkins, dijo a CBS News que la destrucción de los hábitats naturales y el tráfico de animales salvajes desde más allá de las fronteras de China a los mercados húmedos urbanos chinos probablemente ayudó a que el coronavirus llegue a los humanos: "Pasé un tiempo en ciudades industriales chinas trabajando contra el VIH, y debo decirles: no queda vida silvestre allí. China está completamente deforestada y degradada ambientalmente. Estos animales provienen del sudeste asiático y de sus regiones fronterizas". "Se trata del tráfico de vida silvestre", argumentó.
El filósofo australiano Peter Singer, que desde hace muchos años aboga por poner fin al consumo de animales silvestres, cree que es “extremadamente importante” acabar con el tráfico y el consumo de otras especies y cree que estas actividades son dos de las grandes causantes de la actual pandemia: “Sea cual sea el estatus moral que creemos que tienen los seres humanos, no tenemos justificación para limitarnos a ellos porque lo que realmente es la base de tener un estado moral es la capacidad de sentir dolor y sufrimiento", afirmó el filósofo. "No hay una base justificable para decir que todo ser humano tiene algún tipo de derecho que no poseen los animales", agregó.
"Existen algunos humanos con un daño cerebral muy grave pero sufren el dolor. Entonces todavía tienen un estatus moral. Todavía podemos intentar evitar infligirles dolor. Lo mismo debe aplicarse a los animales", dijo Singer en una entrevista con PERFIL. Para el filósofo, el consumo de carne animal no es justificable: "El argumento alude a cómo desarrollamos un cerebro más grande hace decenas de cientos de miles de años, y no tiene relevancia. No mejora nuestro pensamiento actual. Tenemos muchas otras formas de satisfacer todas nuestras necesidades nutricionales, incluyendo las de proteínas y cualquier otra cosa que podamos usar para preservar nuestra capacidad cognitiva".