La Casa Blanca no gana para disgustos con el coronavirus. Luego que Donald Trump se sometiera a análisis, que dieron negativo, llegó el turno de su vicepresidente, Mike Pence, quien anunció ayer que se hará un test después del resultado positivo de uno de sus colaboradores, con quien ni él ni el presidente Donald Trump estuvieron en “contacto directo”.
“Hemos rastreado todos los contactos y aunque el médico de la Casa Blanca indicó que no tenía motivos para creer que estuve expuesto, y no es necesario que me haga una prueba, dadas las funciones únicas que tengo como vicepresidente y jefe del equipo de la Casa Blanca para combatir el coronavirus, mi esposa y yo nos haremos una prueba de coronavirus esta tarde”, dijo Mike Pence el sábado en una conferencia de prensa sobre la pandemia en la Casa Blanca. “Ni el presidente ni yo hemos tenido contacto directo con este empleado”, quien “se encuentra bien”, informó a la prensa.
En tanto, los senadores estadounidenses reanudaron ayer las negociaciones para acordar un gigantesco plan de ayuda que podría exceder los mil millones de dólares, destinado a contrarrestar el impacto económico del coronavirus.
Una primera votación estaba programada para hoy, lo que permitiría que haya mañana una votación final en la Cámara Alta. Los paquetes de estímulo incluyen ayuda directa de hasta 1.200 dólares por adulto, así como 300.000 millones para pequeñas empresas y 208.000 millones para aerolíneas y otros sectores.