SALUD
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Encuentran un gen antienvejecimiento que puede retrasar 10 años la edad del corazón

Investigadores del Italia y el Reino Unido encontraron un en gen en una población de centenarios que puede retrasar 10 años la edad biológica. El avance permitirá tratar a niños con enfermedades genéticas.

Larga vida de calidad
Larga vida de calidad | Unsplash

Investigadores del Italia y el Reino Unido encontraron un gen en una población de centenarios que puede retrasar 10 años la edad biológica lo que podría representar un avance significativo para pacientes con insuficiencia cardiaca. 

En las personas longevas se han identificado una serie de atributos positivos, como no fumar tabaco, llevar una alimentación saludable, realizar actividad física regular, evitar el estrés, y tener una actitud positiva ante la vida, pero la presencia de este gen podría ser clave para ayudar a otros.

Este estudio fue dirigido por científicos de la Universidad de Bristol y el Grupo MultiMedica de Italia y fue publicado en la revista Cardiovascular Research. 

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Los portadores de estos genes mutantes viven 100 años o más con buena salud y son menos propensos a sufrir complicaciones cardiovasculares. Allí radica una posibilidad terapéutica para pacientes con insuficiencia cardiaca.

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Los investigadores, financiados por la Fundación Británica del Corazón, creen que el gen ayuda a mantener jóvenes sus corazones al protegerlos contra enfermedades relacionadas con el envejecimiento, como la insuficiencia cardiaca. En este nuevo estudio, los investigadores demuestran que uno de estos genes mutantes sanos, que hasta ahora se había demostrado especialmente frecuente en centenarios, puede proteger células extraídas de pacientes con insuficiencia cardiaca que requieren un trasplante cardíaco.

Según Paolo Madeddu, profesor que dirige el equipo de Bristol, una sola administración del gen mutante antienvejecimiento detenía el deterioro de la función cardíaca en ratones de mediana edad.

Madeddu, catedrático de Medicina Cardiovascular Experimental del Instituto del Corazón de la Universidad de Bristol detalló: “El funcionamiento del corazón y los vasos sanguíneos se ponen en juego a medida que envejecemos. Sin embargo, el ritmo al que se producen esos cambios perjudiciales varía de unas personas a otras”.

El cigarrillo, el alcohol, la vida sedentaria condicionan el funcionamiento cardíaco, pero también la genética diseña el modo en que cada persona envejecerá y es en ese campo donde la ciencia puede intervenir. 

“Los genes son secuencias de letras que codifican proteínas. Por azar, algunas de esas letras pueden mutar. La mayoría de estas mutaciones son insignificantes; en unos pocos casos. Sin embargo, la mutación puede empeorar o mejorar la función del gen, como en el caso del gen mutante antienvejecimiento que hemos estudiado aquí en células humanas y ratones viejos”, explicó el científico.

Esta investigación se viene llevando adelante durante los últimos tres años y se realizó en células cardíacas humanas en el laboratorio de Italia. Annibale Puca, director del grupo MultiMedica de Milán contó que administraron el gen en células cardíacas de pacientes ancianos con graves problemas cardíacos, incluido el trasplante, y luego compararon su funcionamiento con el de individuos sanos.

Monica Cattaneo, investigadora del Grupo MultiMedica de Milán, Italia, explicó que “las células de los pacientes ancianos, en particular las que favorecen la construcción de nuevos vasos sanguíneos, son llamadas pericitos”. Estos pueden envejecer y ser menos eficaces, pero “al añadir el gen/proteína de la longevidad al tubo de ensayo, observamos un proceso de rejuvenecimiento cardíaco: las células cardíacas de los pacientes mayores con insuficiencia cardíaca volvieron a funcionar correctamente, demostrando ser más eficaces en la construcción de nuevos vasos sanguíneos”, contó Cattaneo.

Tratamientos para niños

El profesor Madeddu agregó: “Nuestros hallazgos confirman que el gen mutante sano puede invertir el declive del rendimiento cardíaco en las personas mayores. Ahora nos interesa determinar si también puede funcionar administrar la proteína en lugar del gen”, ya que un tratamiento basado en una proteína podría ser más segura y viable.

“Hemos recibido financiación del Consejo de Investigación Médica para probar la terapia génica saludable en la progeria. Esta enfermedad genética, también conocida como síndrome de Hutchinson-Gilford, causa daños prematuros por envejecimiento en el corazón y los vasos sanguíneos de los niños. También nos han financiado la Fundación Británica del Corazón y Diabetes UK para probar la proteína en ratones ancianos y con diabetes, respectivamente”, anunció.

A partir del estudio que publicaron en Cardiovascular Research, existe “una nueva confirmación y ampliación del potencial terapéutico del gen/proteína. Esperamos probar pronto su eficacia en ensayos clínicos con pacientes con insuficiencia cardíaca”, concluyó Puca. 

RB/fl