Además de definir el color de los ojos o la forma de la nariz, el ADN “determina la configuración de nuestro cerebro y nuestra actitud básica ante la vida”, recuerda la psicóloga Danielle Dick, experta en genética molecular, en el libro El código del niño.
El libro está lleno de aportes tan esclarecedores como desafiantes:
- Jugamos con las cartas que nos tocan. Buena parte del temperamento del niño queda fijado al momento de la concepción, cuando recibe un 50% de material genético del padre y otro tanto de la madre. Que esa combinación sea aleatoria explica las diferencias entre hermanos.
- El caso de los gemelos y los mellizos, confirma la importancia de la genética en la conducta. Los gemelos idénticos, que comparten el genoma, son más parecidos entre sí que los mellizos (sólo nacieron a la vez) en temas de autocontrol, ansiedad y trastornos de comportamiento.
Triple filiación y el amor como motor
- La genética suele tener más peso que el ambiente. Los niños adoptados con madres biológicas con esquizofrenia, timidez o problemas con el alcohol tienen más probabilidades de padecer esos problemas, incluso si no tuvieron contacto con ellas.
- “Nuestros hijos dan forma a nuestros métodos de crianza más de lo que nuestros métodos de crianza moldean a nuestros hijos”, explica Dick. No sólo hay que tratar bien a los niños para que desarrollen un buen temperamento; un niño de buen carácter predispone mejor a sus padres, alimentando el círculo virtuoso.
- Al mismo tiempo, nada está 100% fijado. Un bebé sociable tiene más chances de convertirse en un adulto extravertido, pero también de ser impulsivo o frustrarse ante el fracaso. Un bebé miedoso puede asociarse con un adulto más propenso a la tristeza, pero también menos agresivo.
- La dicotomía naturaleza vs. educación es falsa. Un buen padre ayuda a afinar las disposiciones genéticas de su hijo, fomentando sus mejores tendencias y dándole elementos para encausar las que podrían traerle problemas. En este caso, el lugar común es verdadero: se trata de apoyarlo para que alcance la mejor versión de sí mismo.
GA PAR