La investigación se basa en que el promedio de horas que deben dormir quienes van al colegio, 8 y 9 horas, se dificulta con el "enlentecimiento del reloj biológico", que genera en los adolescentes las ganas de dormir entre las 11 y 12 de la noche.
Otro estudio, de Open University sostuvo que los estudiantes rinden mejor entre las 11 de la mañana y las 9.30 de la noche, es decir "cuando su tiempo de estudio se alinea con su ritmo personal y coincide con el momento del día en el que son más eficaces", según Paul Kelley, docente encargado de la publicación.
"La desalineación temporal entre el tiempo de sueño y las horas habituales de las instituciones educativas causa pérdida significativa del sueño", precisaron desde Open University.