Un estudio realizado por investigadores de Australia y China concluyó que existe un vínculo estrecho entre la alta presión arterial, la pérdida de volumen cerebral y la posibilidad de padecer demencia.
En esta investigación los científicos analizaron las imágenes por resonancia magnética de 11.399 personas diagnosticadas con hipertensión con un rango de edad de entre 35 y 54 años y llegaron a la conclusión de que existía una relación entre la presión arterial y el tamaño de cerebro.
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“Las personas a las que se les diagnosticó la hipertensión a edades más tempranas tenían volúmenes cerebrales más pequeños”, indicó uno de los autores del estudio, Xianwen Shang, del Hospital General de Guangdong. Además, realizaron estudios comparativos que les permitieron concluir que “el riesgo era un 61% mayor en las personas diagnosticadas con presión arterial alta en las edades comprendidas entre los 35 y 44 años”.
En relación a esto también señalaron que la denominada demencia vascular, era un 69% mayor en las personas diagnosticadas con hipertensión entre los 35 y los 44 años, un 80% mayor en los menores de 35 años, y un 45% más probable para las personas entre 45 y 54 años.
Una de cada tres demencias se puede prevenir
La neuróloga Diana Cristalli aseguró a PERFIL que “la hipertensión arterial está involucrada en el desarrollo de enfermedades demenciales” y subrayó que “en el mundo se sabe que una de cada tres demencias puede ser prevenible”. “Una de esas medidas preventivas es controlar los factores de riesgo como la hipertensión arterial, la ingesta las comidas, la hidratación y mantener el colesterol a raya y eso se sabe que previene una de cada tres demencias”, detalló.
La especialista hizo hincapié en la potencialidad del cuidado integral de la salud y aseguró que la atención a los factores de riesgo es fundamental en el “enlentecimiento del curso evolutivo una vez que la enfermedad neurodegenerativa está en curso como en el caso de la enfermedad Alzheimer”.
Aunque aclaró que “la prevención no es posible en todos los casos”, señaló que “un tercio mundial de las demencias podrían prevenirse teniendo en cuenta el control estricto de los controles de riesgo que serían los mismos que dijo siempre el doctor René Favaloro vinculados a los factores de riesgo vascular”.
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Cristalli agregó dos aspectos más para tener en cuenta. Uno de ellos es la interacción social que “previene, estabiliza y conserva un concepto funcional que es la reserva cognitiva, que es la cantidad de información que uno tiene, que puede interactuar con el medio y que funciona como amortiguador para que una demencia, si se desarrolla, se desarrolle más tarde”
Por último, es recomendable “mantener en actividad la cabeza con programas de estimulación cognitiva, a través del estudio, por ejemplo, de un idioma, que es excelente para mantener esta estimulación cognitiva. El juego del ajedrez, es otra actividad, en donde uno emplea lo que se llama pensamiento en algoritmo, un pensamiento anticipatorio, que permite planear varias jugadas para adelante”.
De acuerdo a la neuróloga son fundamentales las actividades que provocan un “desafío mental” que implican incorporar “nuevas técnicas y estrategias” para lograr un aprendizaje nuevo.
cp