McDonald's anunció el miércoles en Estados Unidos que sus emblemáticas hamburguesas, el Big Mac y la Royal Cheese -conocida como Cuarto de Libra con queso- ya no tendrán aromatizantes, colorantes ni conservantes artificiales. Aunque solo las rodajas de pepinillo mantendrán un conservante artificial, "los consumidores pueden prescindir de él si eso es lo que prefieren", informó la compañía en un comunicado. Este cambio entrará en vigencia en sus 14.000 restaurantes en Estados Unidos.
Se trata de otro paso de la cadena, criticada por su "comida basura", en busca de atraer o retener a los clientes más preocupados por su alimentación. "Desde el cambio a carne 100% fresca en nuestras hamburguesas Cuarto de Libra, cocinadas a pedido, hasta la eliminación de conservantes artificiales de nuestros Chicken McNuggets y nuestro compromiso de usar únicamente huevos de gallina sin jaula para 2025, hemos hecho un progreso significativo en el cambio de la calidad de nuestros alimentos", dijo Chris Kempczinski, director de McDonald's Estados Unidos.
" Hemos hecho un progreso significativo en el cambio de la calidad de nuestros alimentos", dijo Chris Kempczinski, director de McDonald's Estados Unidos.
Actualmente, casi dos tercios de las hamburguesas y sándwiches de la cadena están libres de estos productos artificiales que se encuentran en el pan con semillas de sésamo (o sin él), en el queso o en la salsa especial (y secreta) del Big Mac. El gigante de la comida rápida intenta responder a una ola de consumo saludable en Estados Unidos, pero también a una mayor preocupación del público en general por el origen y la calidad de los productos que consume.
También es una reacción a la competencia de hamburgueserías de moda, como Five Guys, que enfatiza en la frescura de sus productos, u otras más tradicionales, como Wendy's, que publicita su hamburguesa como la "jamás congelada". Se trata de estrategia hacia la modernización de los restaurantes y una mayor diversificación de los menús, como ha existido durante mucho tiempo en Francia, por ejemplo.
Sin embargo, el proceso es complicado de implementar en Estados Unidos, donde McDonald's es uno de los pocos restaurantes accesibles a los marginados, para quienes el factor precio es prioritario sobre la calidad.
AFP/H.B.