La agencia Associated Press publica los testimonios de nueve mujeres que acusan al tenor de Plácido Domingo de acoso sexual. Las denuncias se remontan a los años '80 y la agencia solo identifica por su nombre a una de las víctimas, la mezzosoprano Patricia Wulf.
Domingo presionó a las supuestas víctimas, mujeres jóvenes en los inicios de su carrera, para que mantuvieran relaciones sexuales con él a cambio de trabajos y llegó a castigar profesionalmente a las que se negaban. Los hechos se remontan a principios de los años ochenta y se extienden durante tres décadas. "Es doloroso oír que he podido molestar a alguien", ha respondido el tenor, pese a calificar las acusaciones de "inexactas". "Las reglas y valores por los que hoy nos medimos, y debemos medirnos, son muy distintos de cómo eran en el pasado", sostuvo el cantante en un comunicado
De acuerdo a lo publicado por la agencia de noticias, una de las víctimas aseguró que Plácido Domingo le metió la mano por debajo de la falda y otras tres aseguran que las besó a la fuerza en lugares como un camarín, una habitación de hotel y una comida de negocios. “Que alguien te esté intentando coger de la mano durante una comida de negocios es raro, o que te ponga la mano en la rodilla”, describió una de las cantantes.
"No tengo ninguna duda de que eso era acoso. Yo estaba siendo acosada. Él quería que fuera a su casa y no a la mía. Quería que me fuera con él esa noche", dijo Patricia Wulf, una mezzosoprano que cantó con Domingo en la Opera de Washington
Siempre te estaba tocando de alguna forma, siempre besándote, cuenta una cantante
Una cantante cuenta que le pidió insistentemente salir con ella después de haberla contratado para una serie de conciertos en los años noventa. Además, otras tres docenas de profesionales, desde músicos hasta tramoyistas, han contado a la agencia que fueron testigos del comportamiento sexual inapropiado de Domingo y de que perseguía a mujeres jóvenes impunemente.
Plácido Domingo no respondió a un cuestionario detallado de AP sobre episodios concretos, pero ofreció la siguiente respuesta a la agencia: “Las acusaciones de estas personas anónimas que se remontan hasta tres décadas atrás son profundamente preocupantes y, tal como se presentan, inexactas. Aún así, es doloroso oír que he podido molestar o hacer sentir incómodo a alguien, da igual cuánto tiempo haga de ello y a pesar de mis mejores intenciones. Creía que todas mis interacciones y relaciones fueron siempre bienvenidas y consentidas. La gente que me conoce o que ha trabajado conmigo sabe que no soy alguien que pueda hacer daño, ofender o avergonzar a alguien de manera intencionada”.
Creía que todas mis interacciones y relaciones fueron siempre bienvenidas y consentidas (Plácido Domingo).
“Sin embargo”, continúa la respuesta de Domingo, “reconozco que las reglas y valores por los que hoy nos medimos, y debemos medirnos, son muy distintos de cómo eran en el pasado. He sido bendecido y privilegiado de haber tenido una carrera de más de 50 años, y me ceñiré al más alto estándar”.
De acuerdo a la reconstrucción que hizo AP, ninguna de las mujeres pudo ofrecer documentación que sustentara sus acusaciones, pero la agencia habló con “muchos” colegas y amigos a los que relataron lo sucedido en su momento. Además comprobó que efectivamente trabajaron en los lugares de los hechos y que Plácido Domingo coincidió con ellas.