Luego de la multitudinaria marcha universitaria del jueves, el lunes, los gremios docentes y las autoridades del Ministerio de Educación de la Nación volverán a sentarse a negociar. La reunión estaba pactada para ayer, pero ante el nuevo escenario cambiario, las partes coincidieron en esperar para tener un marco de referencia más claro.
Los sindicatos insisten con un incremento salarial del 30%, mientras que el Ministerio de Educación busca mejorar la última oferta rechazada en la reunión del miércoles, que alcanzaba el 21% para un cargo semiexclusivo –al 15% ofrecido inicialmente, que se terminaría de cobrar en septiembre, se le sumó un 6% a cobrar entre noviembre y diciembre–.
“La última oferta nos pareció insuficiente, por eso fue rechazada. Esperamos que el lunes haya una propuesta más acorde con nuestro reclamo, que sigue siendo 30% con cláusula de revisión por la inflación”, explica Carlos De Feo, secretario general de Conadu.
Al momento, solo uno de los seis gremios, la Conadu Histórica, mantiene medidas de fuerza. Pero si el lunes no se alcanza un acuerdo, el martes podrían volver los paros a las universidades, advierten desde Conadu. “La marcha ayer fue importante y demostró que esto no es solo un reclamo salarial, sino también presupuestario. Hay recortes muy grandes, y eso lo sienten más las universidades más nuevas y pequeñas. Las grandes tienen mayor presupuesto y generan recursos propios. En julio, por ejemplo, a la UBA le faltaban $ 960 millones pero funcionaba. A la Universidad Arturo Jauretche le debían $ 82 millones y estaban ahogados”, agrega De Feo.
Entre las más afectadas, están las universidades nacionales que se instalaron en el conurbano bonaerense en los últimos diez años, donde asiste más de un 70% de primera generación de universitarios. Y donde el crecimiento tanto en cantidad de alumnos, como de carreras, por ende, de docentes, sigue en marcha.
En la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ), por ejemplo, pasaron de tener 3 mil alumnos en 2009, a veinte mil este año. También sumaron carreras, lo cual conllevó a sumar docentes. “Todavía estamos ante un crecimiento extraordinario, y nuestro presupuesto es insuficiente para la universidad que somos. Por alumno es apenas el 40% de lo que es por alumno en el sistema universitario”, explicaba el rector, Ernesto Villanueva.
También sucede con la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav), a la que esta semana el Consejo Superior declaró en emergencia económica. “Lo salarial es el principal problema, porque representa casi el 90% del presupuesto. Pero a nosotros el tema tarifario y el recorte de obras nos perjudicó mucho, porque nos agarró en medio del crecimiento. El número de estudiantes crece, y fuimos incorporando carreras, que aún nos falta completar, por eso estamos en reclamo permanente por el tema de sumar investigadores, que supone dedicación exclusiva”, explica el vicerrector, Ricardo Serra.
En 2011, cuando se creó la Undav, tenían mil alumnos, muchos de los cuales superaban la edad promedio universitaria. Actualmente, son más de 17 mil que cursan las 38 carreras, entre virtuales y presenciales. “Tras una deserción que notamos el primer año de crisis, ahora este segundo cuatrimestre creció la inscripción. La gente entiende que seguir una carrera universitaria le da un mejor porvenir”, aporta.
Esta semana, el presidente Mauricio Macri recibió a rectores de distintas universidades nacionales y se comprometió a normalizar el pago de partidas asignadas.