Desde que se conoció la noticia de la construcción del futuro Metrobus Alberdi-Directorio y, sobre todo, desde que hace unos días comenzaron a ejecutarse algunas obras complementarias al corredor exclusivo sobre la avenida Alberdi, los vecinos de las comunas 7, 9 y 10 (correspondientes a los barrios de Flores, Floresta, Villa Luro, Parque Avellaneda y Mataderos) no solo se movilizaron en rechazo al proyecto, sino que dieron un paso más y el lunes 16 de enero presentaron un amparo judicial para intentar frenar las obras. En este sentido, esta semana la Justicia porteña habilitó la feria para tratar la medida que se tramita ante el Juzgado en lo Contencioso Administrativo Nº 4 de la Capital Federal.
El futuro corredor exclusivo de colectivos tendrá una extensión de 5,8 km y circulará sobre las avenidas Alberdi en el tramo que va desde San Pedrito hasta Bruix, mano hacia General Paz; Bruix, entre Alberdi y Directorio, y Directorio, en la distancia que va desde la avenida Bruix hasta San Pedrito, mano al centro. La obra, que estiman beneficiará a unos 65 mil vecinos por día, presupone un reordenamiento del transporte público de la zona. Contará con 11 paradores y será utilizada por 12 líneas de colectivos: ocho circularán por dentro del corredor (4, 49, 55, 88, 92, 96, 126 y 180) y cuatro lo harán por fuera (7, 63, 114 y 182).
Por ahora solo se está trabajando en la construcción de los denominados “cordón/cuneta”, sobre las aceras de la traza del futuro Metrobus. Estos trabajos se están desarrollando en Alberdi y Mariano Acosta.
“La red Metrobus tiene un impacto positivo no solo en la movilidad de las personas sino en el entorno en el que se desarrolla. La mejora en la transitabilidad, la convivencia, la iluminación, la calidad del espacio público y el beneficio para los comerciantes es una evidencia real en trazas como Cabildo, por ejemplo”, afirmó Manuela López Menéndez, secretaria de Transporte y Obras Públicas de la Ciudad.
El rechazo a la obra que encarará el gobierno porteño, que será ejecutada por la estatal Autopistas Urbanas (AUSA) a través de la empresa Vialmani (ver aparte), no se hizo esperar. Consideran que la obra es “innecesaria” y que “pone en riesgo las fuentes de trabajo”, del centro comercial a cielo abierto de materiales de la construcción y sanitarios que se encuentra sobre la avenida Alberdi. Allí trabajan unos 2 mil empleados distribuidos en 400 negocios.
Respecto al pedido de amparo, Julián Cappa, integrante de la Junta Comunal Nº 7 (Flores) por el Frente de Todos (FdT), explicó a PERFIL que en la medida judicial “se pidió una mesa de diálogo con la Secretaría de Transporte porteña y en paralelo un pedido al juez que frena las obras hasta tanto se constituya esa mesa de trabajo”.
Otro punto sobre el que se basó el pedido judicial, de acuerdo al comunero, fue que “la obra se hizo sin consultar con las juntas de las comunas 7, 9 y 10, es decir, el propio gobierno porteño incumplió la Ley 1777, de comunas”, argumentó Cappa. En este sentido, para los amparistas “se vulneró el derecho de los vecinos a recibir información sobre el impacto que causan o pueden causar las obras sobre el ambiente”. En la presentación se argumentó también que “el proyecto tendrá un impacto ambiental negativo en los barrios de Mataderos, Parque Avellaneda, Floresta y Flores, y que los trabajos causan un “daño irreparable”.
“Antes de hacer el Metrobus debería solucionarse el problema de fluidez del tránsito de Alberdi entre las avenidas Carabobo y San Pedrito, donde la calle es angosta. Van a trabajar sobre Alberdi desde San Pedrito hacia General Paz, en un trayecto en el que no hay problemas de circulación del tránsito. No se entiende”, afirmó Cappa. “De hacerse la obra sobre Alberdi y Directorio, no habrá lugar para estacionar, sobre todo para los clientes que se acerquen a la zona comercial de Alberdi, con lo cual van a colapsar las calles adyacentes a esas avenidas”, indicó.
Desde el lado de los comerciantes, Jorge Elger, presidente del Centro Comercial Alberdi, aseguró que la futura obra “va a perjudicar a todos los comercios de la zona. No habrá lugar para estacionar, y complicaría el acarreo y descarga de los materiales. La situación podría llevar al cierre de esos comercios. También se vería afectada la actividad bancaria de la zona de Mataderos, con todo lo que ello implica”. Elger, además, destacó que el Metrobus sobre Directorio, por ejemplo, obligaría al retiro de 13 tipas de gran porte. “Por más que después se planten otros árboles, no será lo mismo, cambiará la fisonomía del Parque Avellaneda”, indicó por último.
El proyecto
◆ Está previsto que el Metrobus Alberdi-Directorio tenga una extensión de casi 5,8 km y que atraviese los barrios de Flores, Floresta, Villa Luro y Mataderos.
◆ Planean que tenga once paradores y que sea utilizado por 12 líneas de colectivos: ocho circularán por dentro del corredor (4, 49, 55, 88, 92, 96, 126 y 180) y cuatro por fuera (7, 63, 114 y 182).
◆ Estiman que beneficiará a unos 65 mil vecinos diarios.
◆ Los habitantes y comerciantes creen que afectará la fluidez del tránsito sobre la avenida Alberdi y a los comercios de la zona.
La polémica con AUSA
Durante la manifestación de vecinos y comerciantes del último jueves en rechazo al Metrobus Alberdi-Directorio, Fernando Moya, integrante de la Junta Comunal 10 (Villa Real, Monte Castro, Versalles, Floresta, Vélez Sarsfield y Villa Luro) denunció que la obra ya fue adjudicada por más de $ 930 millones a una empresa a través de Autopistas Urbanas Sociedad Anónima (Ausa). En este sentido, y ante la consulta de PERFIL, desde la Secretaría de Transporte porteño aseguraron que “AUSA es una empresa del Estado y en sus funciones también está la realización de obras viales, tal como ocurrió con la construcción de los pasos bajo nivel, por ejemplo”.
Al respecto, aclararon que “la realización de un metrobus no tiene que pasar por la Legislatura. No obstante, al ser considerado de relevante efecto, es necesario que se haga una audiencia pública, que ya fue realizada”.
Como se sabe, AUSA tiene la concesión de las autopistas pero parte de los ingresos tienen que ser utilizados para hacer obras viales en beneficio de los vecinos que no necesariamente están en las autopistas.