SOCIEDAD
el 33º encuentro nacional

Encuentro de Mujeres: pidieron por más trabajo y paridad de ingresos

Durante la apertura, reclamaron que la desocupación femenina que supera el 10,8%” y que la desigualdad salarial es del 36%. Hoy es la marcha de cierre

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Inauguración. Durante la apertura, reclamaron que la desocupación femenina “ya supera los dos dígitos: 10,8%” y que la desigualdad salarial es del 36%. | Vanesa Lev

Para Cindy Fraenkel es su primer Encuentro Nacional de Mujeres (ENM). Tiene 17 años y forma parte del Centro de Estudiantes del colegio porteño Ecos. En cambio, para Nina Brugo Marcó, integrante de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, es el número 33. Tiene 74 años y una asistencia perfecta a esta reunión política sin precedentes a nivel internacional que reúne a mujeres, lesbianas, travestis y trans de todas las edades, de todas las procedencias y formaciones. Todas juntas durante tres días compartiendo experiencias, intercambiando saberes y planeando estrategias para volver a sus lugares a hacerle frente al sistema patriarcal todos los días.

Durante el viernes y ayer, los micros cruzaron como flechas todo el país para llegar a la ciudad anfitriona, Trelew, la más austral de la historia de los encuentros. Algunos contingentes que llegaron en avión fueron detenidos por personal del Ministerio de Seguridad, que separó a las asistentas al ENM en filas aparte, y según denunciaron “están armando un banco de datos para seguimiento de casos, además de ver si tienen causas penales”. También hubo requisas excesivas en la ciudad de Bahía Blanca a los micros que pasaban por esa ciudad.

A pesar de todo, las encuentreras desbordaron la ciudad. Por las plazas, las calles, los negocios, las escuelas, las universidades podía verse la ocupación de mujeres, lesbianas, travestis y trans. Los pañuelos verdes se cruzaban ante cualquier paneo. Al cierre de esta edición, los micros seguían llegando y se hablaba de 60 mil participantes: más de la mitad de habitantes de Trelew.

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Reclamos. La apertura fue por la mañana en el autódromo Mar y Valle, en las afueras de Trelew. El documento elaborado por la Comisión Organizadora hizo alusión a Patricia Parra, referenta barrial de Fiske Menuco, asesinada por su pareja días antes de viajar al Encuentro. Las denuncias y demandas de la agenda de los feminismos y las disidencias estuvieron presentes en el documento.

También hubo lugar para señalar el contexto de ajuste, desocupación y el fuerte impacto de género que tiene la crisis económica. La tasa de desocupación femenina a nivel nacional ya alcanza los dos dígitos: 10,8%. “Compañeras, sabemos que participar en este Encuentro ha sido difícil. Ha sido duro juntar peso a peso para pagar un colectivo con precios que cambian todas las semanas. La inflación, los despidos, el hambre, crecen a la par de las luchas para enfrentarlos y las mujeres organizadas estamos a la cabeza de esas luchas”, señalaron en el documento. Y enunciaron la feminización de la pobreza: “Porque la mayoría de las trabajadoras precarizadas, las jefas de los hogares más pobres y quienes cobramos un 36% menos, somos las mujeres”.

Este ENM es especial por varios motivos. En principio porque es el año en el que los feminismos llegaron a debatir por primera vez en el Congreso la ley de interrupción voluntaria del embarazo. Durante cinco meses y medio la conversación pública estuvo abierta. Por lo tanto en los talleres sobre estrategias para que el aborto sea legal se trazarán los lineamientos sobre cómo seguir en el plano parlamentario.

Por otro lado, se trata de la ciudad más chica por la que ha transitado un Encuentro, un espacio político en constante movimiento porque todos los años se elige una provincia distinta. El año pasado, cuando todavía Santiago Maldonado estaba desaparecido, en Resistencia, Chaco, se decidió por medio de “aplausómetro” hacerlo aquí.

Es especial, también, porque se desarrolla un territorio ancestral. “Las recibimos hoy en territorios ancestrales, donde mujeres originarias han resistido y continúan haciéndolo desde hace más de 500 años”, dijeron desde la CO en el acto de apertura.

Actividades. En la tarde de ayer, se desarrollaron los 73 talleres de las más amplias temáticas. En esta oportunidad debutaron dos: Mujer y Fútbol, en el que participó Higui –que estuvo casi 8 meses presa por defenderse de un intento de violación–; y Mujeres por la Libre Determinación de los Pueblos, que estuvo desbordado. El taller sobre trabajo sexual también tuvo que multiplicarse por seis comisiones, un total de mil asistentas. A las 20.30, se hicieron la Festi Torta y la Fiesta Latinoamericana Feminista.

Hoy continuarán los talleres y a la tarde será la marcha de cierre, un ritual de todos los encuentros que se convierte en el pogo feminista más grande del mundo.

La feminista destacada en ‘Time’. La abogada feminista Sabrina Cartabia fue elegida por la revista Time en su última edición como una de las líderes de la nueva generación, junto al delantero francés Kylian Mbappé y la cantante estadounidense Ariana Grande. “Guerrera por los derechos de las mujeres” es como define Time a la abogada argentina de 33 años y referente de la Asociación Civil Red de Mujeres. Según la prestigiosa publicación estadounidense, que cada año elige a los nuevos jóvenes referentes mundiales, Cartabia representa a la “generación de jóvenes mujeres argentinas” a las que describe como un “impulso ahora imparable”. En su cuenta de Twitter, @MissOprostol, Cartabia se define como “abogada feminista, antirrepresiva, astrocuriosa y viajera reincidente”. La joven fue una de las que más participación tuvo en el movimiento para reclamar la legalización por el aborto.

 

Por qué fui al Encuentro

Hace un año tuve el mejor trabajo del mundo: daba talleres sobre prevención de violencia de género en secundarias de Tigre. Me voló la cabeza ver cómo niñas de 13 años admitían sin problemas su bisexualidad frente a un auditorio de sesenta adolescentes que acompañaba desprejuiciado. Todo el tiempo veía en ellxs a mis hijes en el futuro, cuando cristalicen lo que aún hoy estando en jardín de infantes pueden mostrar a veces: ese deseo vital de sentir que si tenés pito y te pinta ponerte un vestido, te lo vas a poner porque te pesa más no escucharte que lo que piense algún viejo vinagre.

Ir al Encuentro es ir a mi encuentro. Es mi intento militante femininja de no ser el palo en la rueda de la historia que escriben nuestras hijas, nuestrxs hijxs divergentes. De ser parte de esta ola, de subirme por fin y con todo a surfear en la marea verde que genera espacios amorosos de sororidad.

Es que el feminismo es eso: el encuentro de miles que nos hermanamos en la disidencia, que durante años –cientos de años– nos sentimos incorrectxs, desarmadxs, en ese limbo al que nos sometían los pedagogos de la crueldad. El feminismo es eso: el patriarcado te pone vallas, represión, violencia, machismo, exclusión, femicidio, travesticidio. Y vos, feminismo, abrazás a la trava. A la torta, la cis, al puto, al queer. No le pedís definiciones: navegás en aguas fluidas con la naturalidad sabia de quien perdió el miedo a todo porque más no puede perder. Y esa tranquilidad genera pánico en tus detractores. Y no sé a qué le tienen más miedo, si a que se caiga la construcción de odio que les sustenta o a que les recibas con brazos amorosos, y que ese abrazo les guste y no te puedan soltar nunca más.

Voy porque no soporto la idea de transformarme en una vieja vetusta que se la pasa escondiendo sus tetas caídas. Y porque al patriarcado le da terror que a la revolución la hagan las mujeres. Y más terror le da que algunas tengan pito.   

*Sol Cortés. Socióloga. Mamá de Lulo y Vera.

 

Por qué la dejé ir

Obvio que le iba a dar el gusto. Si dejó comida para los cuatro días. La ropa limpia. La casa ordenada y las mochilas de los pibes programadas. Y todo con un cronograma con todas las otras mujeres de la familia combinadas para que se ocupen de los chicos. Claro que la dejo irse el fin de semana largo a Trelew con las amigas, para que descanse y vea ballenas en Puerto Madryn. Ideal. Que recargue pilas para después venir a lo suyo, el hogar, los hijos, para lo que nació, lo que ama hacer. Su vida, bah, mientras yo trabajo como debe ser.

Algo así hubiera pensado mi viejo, o tal vez Rolando Hanglin, si tuvieran que explicarse que la mujer con la que comparten la vida se va a un encuentro nacional feminista que se hace hace décadas para resaltar la lucha por la igualdad de género y todo lo que de ella surja sin necesidad de que acá lo explique un tipo.

Algo así, o parecido me hubiera brotado tal vez a mí mismo si me hubiera tocado crecer en otra época, con otras movilizaciones, con otras inquietudes, con otra conciencia. Pero no. Acá estamos, desarmando todo el tiempo lo que viene de fábrica, que fue moldeado por el mix patricarcal, religioso, familiar y futbolero en el que nos construimos y que aún vive en nosotros, y hay que remoldearlo.

Y encima escapando a lo binario. Porque ojo, somos machos en deconstrucción feminista pero ya el mundo va por los géneros fluidos, y ya los pibes gobiernan ahí, desanclados de las etiquetas agobiantes cada vez más sepias.

Igual, volvé que no me queda nada en el freezer.

*Jairo Straccia. Marido de Sol Cortés.