Ya no es novedad que la informática haya ido creciendo en importancia dentro de las currículas escolares. Esto se aceleró a partir de 2018, cuando el Consejo Federal de Educación decidió incorporar programación como materia obligatoria en los niveles primarios y secundarios. Claro que para enseñar correctamente las nociones de este tema en los primeros años de escuela se requieren herramientas especiales, mucho aporte lúdico y docentes capacitados, además de que la tecnología pueda democratizarse y hacerse más accesible a todas las escuelas y sus diferentes realidades.
Con esa premisa, pensaron una propuesta que incluya cómo llevar la programación no sólo con los soportes tradicionales de aprendizaje -los manuales de estudio tradicionales- sino también sumarle un espacio digital y el ‘hardware’. Los kits, denominados Monoblock, combinan esos textos armados para alumnos de 4º a 6º grado con software y ‘ladrillos’ para que los chicos puedan resolver jugando cómo armar sus propios robots a los que luego podrán programar.
El proyecto “cubre los contenidos de los Núcleos Prioritarios de Aprendizaje (NAP) de Educación Digital, pero también se adapta a los docentes que no están necesariamente familiarizados con la enseñanza de la robótica”, explica Sabrina Pardo, directora de Compartir, la solución de innovación digital de Santillana. “El objetivo a mediano plazo es que los chicos no sólo sean consumidores de tecnología, sino que pasen a ser ‘creadores’ y los Rasti son herramientas familiares para todos”, agrega.
Según la experta en educación digital, esas herramientas se ajustan “a la escuela que tendremos en los próximos años y, especialmente, en la etapa pospandemia, para la cual pensamos que habrá una semipresencialidad, con chicos que concurran a los colegios durante algunas horas de algunos días de la semana o en grupos reducidos. Los kits pueden ir rotando y ser utilizados en la casa de cada alumno, donde la familia también se convierte en programadora y aprende", agrega.
A esto se le sumará una escuela que necesitará ser más "interdisciplinaria" y trabajar por áreas. Según Pardo, "con la concepción de hacer trabajos educativos por proyecto, las diferentes materias de la currícula escolar se integran en una forma mucho más lógica y las enseñanzas de lengua, matemática, historia, ciencias sociales, biología o programación dejan de estar excesivamente compartimentadas". Con esta idea, dice, “podrán aprender mejor a conceptualizar problemas y resolverlos en forma interdisciplinaria".
EG / DS