SOCIEDAD
Larga historia

Nafta trucha, conspiración antisemita y grieta: quién es el camaleónico Santiago Cúneo

Dejó Crónica tras un escándalo con Silvia Mercado y la colectividad judía. Su relación con exmilitares carapintadas y un polémico pasado empresario. Galería de fotos

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En 2017, el programa de Cúneo ganó un Martín Fierro como mejor programa de investigación. | CEDOC.

Esta semana, el periodista Santiago Cúneo tomó trascendencia luego de sus polémicos dichos contra la comunidad judía durante una editorial en el canal Crónica Tv. Fue el comienzo de una crisis que escaló hasta su salida del canal: su colega, Silvia Mercado, repudió en la misma emisora las declaraciones de Cúneo, quien la atacó en redes sociales. El repudio de colegas y analistas políticos no se hizo esperar. Tampoco el de entidades como DAIA,  que lo acusó de antisemita. En su última editorial al aire, Cúneo dejó el canal y anunció que seguirá con su programa desde Internet y volverá a la actividad política.

La carrera periodística de Cúneo está plagada de escándalos. Se autodefine como nacionalista y desarrollista. Cercano al radicalismo en su juventud, participó de la toma del edificio del Comité Nacional de la UCR en apoyo a los carapintadas. Fue expulsado y se acercó al MODIN, partido que devolvía en los '90 a Aldo Rico a la política tras los levantamientos militares de 1987 y 1988.

Cumbustibles importados y crecimiento express. En pleno apogeo de la década del '90, Cúneo pasó ser el principal accionista de Cop Petro, una dudosa empresa petrolera denunciada por la supuesta adulteración de nafta. En esos años, los medios resaltaban su increíble y rápido ascenso social con el negocio del petróleo, favorecido por una serie de medidas emitidas por decreto. Todas llevaban la firma del entonces presidente Carlos Menem.

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De acuerdo con investigaciones de Clarín y Página/12 durante aquellos años, Cúneo presidía Cámara de Estaciones Blancas de la República Argentina (CEBRA), expendedoras de naftas sin marca, supuestamente adulteradas. Al mismo tiempo, era accionista de Cop Petrol. Sus otros socios: el carapintada Enrique Venturino, otro de los líderes de la rebelión de Semana Santa, y un amigo de Cúneo, Mariano Saibene. Con el tiempo, se sumaron la esposa de otro carapintada (Emilio Morello), Vilma Mónica Edith González, y hasta la pareja de Rico, Noemí Crocco.

A través de la DGI (hoy AFIP), se investigó una millonaria evasión de impuestos por una red de contrabando y adulteración. El modo: compraban combustible, lo rebajaban con solventes, vendían el compuesto a los consumidores y pagaban al ente recaudador los impuestos por la compra original. Las autoridades pusieron en la mira tanto a Cop Petrol como a Petrocorp, otra compañía de Cúneo. También a las firmas Waicom y Destiny, ambas vinculadas al entorno de Morello.

Re-re. A fines de 1999, Cúneo volvió a llamar la atención pública cuando imprimió y mandó a pegar carteles en los que aparecía abrazado al entonces presidente Carlos Menem, con la consigna "Menem 99".

Varias veces intentó llegar a la intendencia de San Miguel. El plan acabó con la relación de entre Rico y él. Según Cúneo, se alejó del exmilitar porque se había "aburguesado".

En 2007 fue compañero de formula de Guillermo Cherasny en la Ciudad de Buenos Aires, aunque los votos no le alcanzaron para ser legislador porteño. En 2008, se acercó al Movimiento Productivo Argentino de José Manuel de la Sota y Eduardo Duhalde. No duró mucho tiempo ahí. En 2011, volvió a probar suerte en San Miguel, de la mano de Francisco De Narváez. Cuatro años después, fue candidato a diputado en un espacio enmarcado dentro del PRO, e impulsor de Octavio Frigerio en su candidatura a intendente: llamaba a votar por Mauricio Macri y María Eugenia Vidal. Eso no le impidió coquetear con Adolfo Rodríguez Saá en la campaña electoral de 2015.

Con una sorprendente llegada a celebridades y políticos de todos los partidos, hoy, se muestra como un ultraK, defensor de la Patagonia ante un incomprobado plan de colonización judío y asegura que, en la calle, puede dar más de un dolor de cabeza. "Si creían que yo era peligroso acá, ni se imaginan lo que voy a ser caminando", amenazó en su último programa.

Ahora, periodista. Con emisiones en internet, llegó a la TV por cable, con relativo éxito. En 2017, APTRA le entregó un Martín Fierro en la categoría "mejor programa de investigación" por su ciclo "1 + 1 = 3".  "Queremos llamarle la atención a un país que es insensible a todo, que nos agrede cuando uno sale ahí afuera. Esta Nación la está pasando muy mal. Nos merecemos presidentes que lleguen y se vayan sin estar procesados. Nos merecemos algo mejor. Y aquí hacemos un programa que no tiene grieta. Por último pedimos que aparezca Santiago Maldonado", bramó en el momento del discurso. 

El rating fue favorable para el empresario devenido en comunicador. En febrero de 2018, su programa superó por varias centésimas al canal TN. El canal de las placas rojas se posicionó en primer lugar con 1.5, mientras que TN quedó en segundo lugar con 1.2. 

Esta semana, en su polémico mensaje Cúneo volvió a criticar al presidente, Mauricio Macri, por su reciente viaje a Israel, acusándolo de querer entregarse "al sionismo internacional". Habló del plan "Andinia", firmado por un grupo neonazi que acusaba al judaísmo de querer quedarse con tierras de la Patagonia argentina, una teoría conspirativa que periódicamente revive en determinados movimientos antisemitas.

Sin más aire que el de su página web, Cúneo promete "construir en la calle". Ya tiene un aliado: Nicolás Rodríguez Saá, sobrino de Alberto y Adolfo, expresó su apoyo en Twitter. "A militar por el triunfo en 2019", le propuso el exfuncionario provincial al inasible Cúneo.