A casi tres años de la primera identificación del SARS-CoV-2 está claro que es un típico virus “respiratorio”, pero también quedó demostrado que una infección por coronavirus puede dejar secuelas en muchos sistemas y órganos, incluido el cerebro. De hecho, en revisiones recientes de literatura médica se ha observado que el 36% de los pacientes ha informado algún tipo de afección neurológica, desde cefaleas y mareos, a encefalitis, ACV’s o síndrome de Guillain-Barré. Uno de los más comunes son las alteraciones en la cognición a las que, informalmente, se denomina “niebla” o “bruma” mental.
Sobre este tema PERFIL entrevistó al doctor Greg Vanichkachorn, director del Programa de Rehabilitación Post-Covid de la prestigiosa Mayo Clinic de Estados Unidos.
Según explicó Vanichkachorn, “la niebla mental es un síntoma muy común entre los afectados por el ‘covid largo’. En nuestra experiencia profesional en dicho grupo casi el 50% de los casos reporta estar afectado de alguna forma por esta bruma”.
Otro punto es que, si bien el Covid amenazó sobre todo a personas de la tercera edad, el grupo más afectados por covid prolongado y sus secuelas neurológicas es más joven: “La edad promedio de nuestros pacientes es más joven que los grupos de edad que normalmente asociaríamos con las consecuencias de infecciones graves. La edad promedio que tratamos en la Clínica Mayo por estos temas es de 45 años”.
En concreto, hay tres situaciones comunes que los aquejan. La primera es un trastorno del habla, la dificultad para encontrar la palabra “justa”.
“Suelen describirlo como una sensación de tener la palabra en la punta de la lengua, pero ser incapaces de decirla. Es frustrante y dificulta la comunicación”.
La segunda queja más frecuente es la afectación de la memoria a corto plazo. “Nos refieren que entran a su cuarto a buscar algo y ya no recuerdan qué querían”. Finalmente, la tercera situación es la “imposibilidad de hacer varias cosas al mismo tiempo”.
—¿Existe algún tratamiento?
—Sí, el covid prolongado se puede tratar. Vale recordar que puede haber diversas manifestaciones: dolor de cabeza o muscular, insomnio o inflamación. Esos síntomas se pueden manejar. Tenemos opciones para muchas condiciones, de manera que estos pacientes mejoren. Por otra parte, hay investigaciones en marcha para tratamientos más específicos. Por ejemplo, estamos usando, con cierto éxito, drogas como la naltrexona.
Vanichkachorn finalizó recomendando que “los pacientes hagan una rehabilitación adecuada tras tener covid con secuelas. Solemos recomendar terapeutas físicos y ocupacionales, que ayuden a recuperar gradualmente las habilidades perdidas”.