Unos 300 centros de equinoterapia reclaman por una ley nacional que regule la rehabilitación con caballos, para que las obras sociales y prepagas las incluyan dentro de sus prestaciones. Es que, a falta del reconocimiento, algunas prestadoras dejaron de cubrirla. Por sus altos costos, es poco accesible.
Con equinoterapia se trabaja y asiste a chicos con discapacidades motrices o neurológicas, con quienes se trabaja desde lo kinesiológico y lo terapéutico, en algunos casos con el foco puesto en lo motriz, en otros en lo recreativo. El movimiento rítmico del caballo simula el andar humano, por lo que se considera un estímulo para quienes tienen dificultades o no caminan, por ejemplo.
Con cada paciente, trabajan neurólogos, psicólogos, terapistas ocupacionales, entre otros profesionales de la salud que, en muchos casos, lo hacen de forma voluntaria.
Casos. En El Reparo, de San Isidro, pasaron de trabajar con setenta chicos a 23 este año por la baja de las obras sociales. Allí trabajan 12 profesionales, con diez caballos; con estimulación temprana con chicos a partir del año y medio. También con adolescentes y adultos. Cada uno trabaja de forma individual, con cuatro personas. De allí los altos costos. “Todo lo que sea con caballos es de élite; pero esto tiene que ser saludable, y para todos. Hace veinte años la equinoterapia no estaba reconocida; hoy los neurólogos la recomiendan”, dice Guadalupe Gómez, su directora. “Queremos que se respete el trabajo de los profesionales, y que garanticen a las personas que reciben esta terapia, lo hagan con un profesional capacitado. También elaboramos una investigación para responder cuando dicen que no hay evidencia científica de sus resultados”, aporta Alejandro Zengotita, de Cedica, que junto a 65 profesionales asisten a 120 personas en el Hipódromo de La Plata.