En los últimos 10 años en Argentina una mujer fue asesinada por violencia de género cada 30 horas, mientras que en América Latina y el Caribe en 2017 murieron doce cada 24 horas en manos de un femicida. Si bien existen avances en la lucha contra la violencia letal hacia la mujer, las cifras no retroceden y la situación es alarmante.
El problema no es reciente, pero lo cierto es que las políticas estatales en este sentido no datan de mucha antigüedad. En la última década 18 países de la región modificaron sus leyes para tipificar el crimen como feminicidio, femicidio u homicidio agravado por razones de género: Costa Rica (2007), Guatemala (2008), Chile y El Salvador (2010), Argentina, México y Nicaragua (2012), Bolivia, Honduras, Panamá y Perú (2013), Ecuador, República Dominicana y Venezuela (2014), Brasil y Colombia (2015), Paraguay (2016) y Uruguay (2017).
“El feminicidio es la expresión más extrema de la violencia contra las mujeres. Ni la tipificación del delito ni su visibilización estadística han sido suficientes para erradicar este flagelo que nos alarma y horroriza cada día”, dijo a la prensa Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), días atrás al presentar el último informe de femicidios en América Latina, el Caribe y España.
Cifras. De acuerdo a esa estadística, el año pasado en la región al menos 2.795 mujeres fueron víctimas de femicidio. En términos absolutos, Argentina se ubicó en cuarto lugar con 251 asesinatos. Sólo fue superada por Brasil (1133), El Salvador (345) y Honduras (264).
Sin embargo, si se compara la tasa por cada 100.000 mujeres, los datos de 2016 y 2017, muestran que El Salvador (10.2), Honduras (5.8), Belice (4.8), Trinidad y Tobago (3.0), Guatemala (2.6) y República Dominicana (2.2) son los países con mayor prevalencia de femicidios en la región de acuerdo a la cantidad de habitantes.
En América del Sur, Bolivia y Paraguay encabezan con tasas de 2.0 y 1.6 por cada 100.000 mujeres. Seguidos por Uruguay (1.3) y el cuarto lugar lo ocupan Argentina y Brasil con 1.1.
En Argentina el Observatorio de Femicidios "Adriana Marisel Zambrano", que depende de la Casa del Encuentro, contabilizó de enero a octubre de este año, 225 femicidios. Esta última estadística arroja un promedio de un asesinato cada 32 horas, cifra levemente inferior al promedio de los últimos 10 años, que marcó uno cada 30.
“Se ha avanzado mucho en materia legislativa. Tenemos la ley 26.485 (de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, sancionada en 2009), tenemos el agravante por violencia de género, la reparación económica para hijas e hijos, la pérdida de la responsabilidad parental del femicida. Pero indudablemente aún es insuficiente porque nos está dando un promedio de una mujer asesinada cada 32 horas en nuestro país”, explicó a PERFIL Ada Rico, titular de La Casa del Encuentro, que realiza sus estadísticas en base a las notas publicadas en más de 120 diarios y agencias de todo el país.
Este año el informe contó con una particularidad: por primera vez se contabilizaron 4 muertes por abortos clandestinos, como “femicidios en manos del Estado”. “Es una categorización que hizo el movimiento feminista y que nosotras incorporamos. Antes los medios no publicaban esta información y este año a raíz del debate de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo se reportaron cuatro. Algo parecido pasaba con los travesticidios. Antes de la Ley de Identidad de Género no se publicaban y se empezaron a ver en los medios a partir del año 2012”, explicó Rico.
Cuantificar y visibilizar los casos es esencial para impulsar acciones que se traduzcan en políticas públicas, como también es necesario supervisar al Estado para que lleve adelante esas iniciativas. Pero la violencia de género también debe ser combatida en el plano cultural. En este sentido, el cambio en el lenguaje llegó recién en 2014 cuando la Real Academia Española incorporó la palabra “feminicidio” en la 23ª edición del Diccionario de la Lengua Española.
En Argentina el colectivo feminista habla de “femicidio” y no de “feminicidio” dado que este último se originó en México y se asocia a la complicidad y legitimación del Estado en los asesinatos. La diferencia silábica pasa a un segundo plano ante la importancia de ponerle un nombre a tantos años de sometimiento y violencia hacia las mujeres y enterrar para siempre la categoría de “crimen pasional” acuñada por los medios de comunicación.
Políticas. Desde 2016 en Argentina existe un Plan Nacional de Acción para la Prevención, Asistencia y Erradicación de la Violencia contra las mujeres (PNA), pero recién comenzó a implementarse en el año 2017. “Es un proceso lento. Requiere la articulación con todas las provincias y municipios, y aún faltan los protocolos unificados de acción que permitan que en todo el país se atienda y se actúe en igualdad de condiciones”, expresó a PERFIL Mabel Bianco, presidenta y fundadora de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM).
Pero, además, a los problemas operativos se le suman los presupuestarios. Según el “Análisis del proyecto de Presupuesto 2019 desde una perspectiva de género: avances y retrocesos para la igualdad” del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), en 2018 al PNA se le adjudicaron unos $50.500.000. En 2019 la partida será de $32.099.395, lo que implica una reducción en términos nominales del 39%, mientras que en términos reales representa una caída del 55% para el año que viene.
En tanto, el Instituto Nacional de las Mujeres (INAM) recibirá en 2019 $234.394.881, que si bien representa un 11% de aumento en términos nominales, si se tiene en cuenta el promedio de inflación empleado por el Poder Ejecutivo en la elaboración del presupuesto (34,8%), implica una caída del 18% en términos reales, comparados con los $211.500.000 millones de pesos que recibió en 2018. También sufrirán recortes las líneas de atención telefónicas dependientes del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, líneas 137 y 0800-222-1717.
Si bien reconoce que “todas las acciones no producen resultados inmediatos”, Bianco señala que las campañas de desnaturalización de la violencia “aún son escasas” y resalta que todavía “no se ha logrado que todos los ministerios nacionales completen las acciones que establece la ley”. “Por ejemplo, no hay todavía patrocinio gratuito para todas las mujeres que experimentan violencia, ni está bien capacitado todo el personal de la Justicia sobre la perspectiva de género y la violencia”, sostiene como reflejo de las dificultades de la puesta en marcha de las políticas públicas.
Mientras eso no cambie, en 30 horas, otra mujer será asesinada en Argentina por haber nacido mujer.
Si sos víctima o conoces a alguien que sufra violencia de género, comunicate con el 144, una línea gratuita que funciona en todo el país, las 24 horas, los 365 días del año.