SOCIEDAD
Abusos en la Iglesia

"A Jesús se le dice que sí", el calvario de tres catequistas abusadas por un cura

Para evitar el juicio oral, el padre Mario Koessler de San Isidro reconoció su culpa y se resolverá en un proceso abreviado.

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La Parroquía San José de San Isidro. | Google Street Views

“Estábamos solos en su despecho en una reunión, se acercó como para saludarme y de repente me inmovilizó con los brazos. Como yo estaba con la boca abierta, me metió la lengua hasta la garganta, me chupó toda la cara, hasta la oreja. Empezó a jadear como si fuese un animal y me babeaba toda”, relató a PERFIL la ex catequista Nora Bustamante, una de las tres laicas que sufrió abusos sexuales por parte del padre Mario Koessler de la Parroquia San José de San Isidro, que ayer, antes de ir a juicio oral, admitió su culpa y finalmente su pena se definirá en un juicio abreviado.

A una semana del inicio del juicio oral, el cura tomó la decisión de confesar los abusos sexuales a las tres catequistas (Nora, Alicia y Nidia que tenían 71, 62 y 39 años al momento de los abusos, respectivamente) que lo llevaron a la Justicia. Los tres ataques se dieron entre 2014 y 2015.

Bustamante había entrado a trabajar en la Parroquia en 2014. El padre, que también estaba desde hacía poco, le encargó la tarea de coordinar chicos para la catequesis. Al año siguiente, le volvieron a ofrecer un grupo de jóvenes, pero la mujer no estaba convencida. “Los padres están re contentos con vos”, le aseguró el cura. Nora le respondió que lo iba a pensar y, para terminar de convencerla, le dijo: “al cura se le dice que no, pero a Jesús se le dice que sí”.

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Luego de pensarlo, Nora finalmente aceptó la propuesta y le respondió en tono de broma: “Al cura le dije que sí y a Jesús le dije que sí”. En ese momento, el padre avanzó como para saludarla y arrancó el abuso. “Me inmoviliza los brazos y no me deja subir las manos, él pesaba 120 kilos y yo apenas 56, y no me pude escapar. Como yo estaba hablando con la boca abierta, me metió la lengua hasta la garganta, me chupó toda la cara, hasta la oreja”, relató conmovida.

“Además, puso la pierna entre las mías para que no pueda escapar por abajo y también para apretarme con sus genitales. Mientras intentaba escapar, él empezó a jadear como si fuera un animal y me babeó toda la cara”, contó la ex catequista que, por el shock del momento, no recuerda cómo logró zafar de la agresión sexual: “Empiezo a ver todo negro, me debe haber bajado la presión. No me acuerdo nada cómo salí de ahí”.

Si bien consiguió escapar, el calvario no terminó ahí. Comenzó a sentirse mal y a sufrir las consecuencias postraumáticas del hecho. Primero intentó contárselo a una coordinadora que le dio una insólita respuesta. “Le pregunto ‘si le llega a pasar a un hijo tuyo, ¿qué hacés?’, y la respuesta que me dio fue ‘me callo’. La angustia siguió hasta que se lo contó a otra catequista que le dijo “te creo porque me pasó lo mismo”.

Naturalmente, Nora ya no quería seguir en la Parroquia y decidió comunicárselo a Koessler, aunque en general lo evitaba. Pero el momento que decidió enfrentarlo fue luego de que otra catequista lo increpara para defender a Nora por el destrato que recibía. Su compañera le presentó la renuncia de las tres catequistas abusadas y el padre llamó por teléfono a Nora para pedirle disculpas por los malos tratos (la trataba con indiferencia y no la saludaba), pero no por los abusos.

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“Ahí aproveché para reunirme con él e ir a hablar. Le dije que los malos tratos me tenían sin cuidado, pero que él me había hecho un daño muy grande. ‘Yo soy muy cariñoso’, me responde, y le dijo ‘¿a tu madre la saludas metiéndole la lengua hasta la garganta? sos un degenerado”, relató a este medio.

Y en ese momento, sucedió otra situación polémica. “Me agarró la cara con las dos manos como su fuera un sándwich y me dijo ‘no sabés cuánto te agradezco la palabras que me dijiste porque me va a ayudar a curarme’”, recordó.

Luego de esta situación, se comunicó con el Obispado para pedir una entrevista con el obispo Oscar Ojea. Si bien al principio no le daban la reunión, tras varios intentos y después de subir el tono del reclamo, se juntaron dos de las catequistas abusadas con el obispo. “Fue como hablarle a la pared. Ojea no quería que yo dejara catequesis, lo demás le importaba tres c...”, aseguró.

“Nidia lo terminó enfrentando y luego le relató los hechos a los padres de los chicos para anunciarles que no iba a dar más catequesis”, señaló, y agregó que esa situación el propio Koessler las llama para pedirnos perdón y ambas le cortaron la comunicación.

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Los propios padres que asistían a la catequesis le pidieron una reunión a Ojea que les confiesa que Koessler había reconocido su culpa y pedía apoyo psicológico y psiquiátrico. Tras esta reunión, las tres mujeres lo denunciaron penalmente en la Unidad Fiscal y el juzgado de Violencia de Género número 1 a cargo del doctor Ricardo Costa, por abuso sexual agravado.

El juicio oral iba a comenzar el 22 de abril, pero una semana antes, la defensa del cura y la Fiscalía llegaron a un acuerdo. El padre reconoció su culpa e irá a juicio abreviado, en el que se le darán tres años de cárcel en suspenso. “Me encuentro más satisfecha. A lo mejor le ponían penas más graves, pero así no quedan dudas de que cometió los abusos”, señaló Nora.

ED CP