Este miércoles, la Ciudad inauguró finalmente la plaza en la que se convirtió la Manzana 66, ubicada en el corazón de Balvanera, y sobre la que PERFIL alertó, en 2014, que productores privados con el aval del gobierno porteño proyectaban transformar en un microestadio para 18 mil personas.
Pero finalmente, el predio de 10.271 m2 ubicado en las avenidas Jujuy y Belgrano y las calles Catamarca y Moreno se transformó en la bautizada Plaza Manzana 66. El diseño fue pensado especialmente para los requerimientos de una zona con niveles altos de tránsito vehicular y peatonal, por lo que el foco estuvo puesto “en ensanchar las veredas y reubicar las paradas de colectivos. Además, se tuvo en cuenta la necesidad de incorporar más verde, por lo que se plantaron 161 nuevos árboles”, dijeron en el momento de la inauguración.
El área interior, diseñada por Pablo Siquier, está elevada 1,5 metros y se accede a ella mediante amplias rampas y escaleras. En ella se privilegia el verde, con senderos que promueven “la calma y el encuentro entre vecinos”, informó el responsable del diseño.
Además del nuevo mobiliario urbano, y los juegos infantiles de carácter inclusivo, habrá también un punto verde que funcionará a partir de enero; mesas de ping pong y ajedrez, un circuito para atletismo con estaciones aeróbicas y bebederos; e iluminación LED. Y habrá un jardín infantil que aún está en construcción. “El barrio necesita uno con urgencia, era uno de nuestros pedidos”, dijo Alberto Aguilera, referente de vecinos de la Manzana 66 Verde y Pública.