“Guardia sin capacidad operativa”. En medio del conflicto por los más de cien despidos en el Hospital Posadas, esta semana, además, la dirección del lugar decidió cerrar el servicio de guardia, que se vio colapsado en medio de obras de remodelación. Solo se atienden casos donde haya riesgo de vida.
Así, a la falta de personal que vienen denunciando los trabajadores de salud desde los despidos, se suman los problemas de espacio, ya que en medio de las obras las personas se veían obligadas a esperar en los pasillos, sin lugar para sentarse, mientras que el lugar se queda sin camas para internar a más personas. “Se atiende en condiciones inhumanas, en medio de una construcción”, grafica una trabajadora del lugar.
“El problema de la guardia es histórico. Se hacen obras de ampliación. Pero la guardia se cerró el otro día porque se saturó. Había cuarenta pacientes y no daba abasto el personal”, dice Luis Sucher, uno de los trabajadores despedidos en enero, luego de desempeñarse durante 19 años como ayudante de enfermería bajo distintas condiciones contractuales.
Atención en crisis. En ese contexto, Sucher denuncia que los despidos –que en los últimos meses sumaron a otros treinta médicos y en junio se cesantearían otros cien contratos– afectaron notablemente la calidad del hospital, ya que áreas como la que atendía a pacientes con síndrome de Down o diabetes no funcionan más.
“También despidieron a médicos de áreas críticas, como terapia intensiva y neonatología, solo porque eran referentes gremiales; y a enfermeras con 15 años de experiencia que estaban luchando para modificar un turno de la noche. Estos despidos no solo dejan trabajadores en la calle sino que atentan contra la prestación de un derecho elemental como es la salud pública. El hospital no da abasto”, agrega.
